Por José Luis Ayala Ramírez Los primeros compases de una mentira. Sentir cómo ésta se va apoderando de ti hasta que se convierte en parte de tu vida, el pan de cada día, hasta que esa "falsa verdad" se deshace y continúas, eso es algo que se ve reflejado en Big eyes. Son Scott Alexander y Larry Karaszewski, responsables de escribir Ed Wood, los encargados de llevar este biopic de Margaret Keane a la pantalla grande, centrándose en la relación de la pintora con su esposo Walter Keane, el cual firmaba los cuadros de su mujer como si fueran suyos. Una mentira que causó revuelo en el mundo del arte en los años 50s y 60s. Este filme es, quizá, el menos personal de Tim Burton. Es un guión que no aborda ninguna de las obsesiones del director de La leyenda del jinete sin cabeza (1999). Big Eyes una radiografía sobre la mentira y la capacidad sobrehumana de un hombre para sostenerla. Y es evidente que Burton no se siente cómodo en ese terreno. Si bien contiene algunos elementos interesantes, no existe trascendencia en el relato, todo está narrado de forma muy lineal y plana, hay apenas algún artificio narrativo destacado. Pese a ser un producto bastante entretenido también es reiterativo y varias escenas quedan muy sueltas dentro de la trama. El dibujo del personaje principal es bastante acertado, se nota una progresión dramática creíble; a esto se agrega una interpretación muy notable por parte de Amy Adams, capaz de contagiarnos, primero, de la inseguridad y ternura de su personaje y, luego, admirarla por sus decisiones. El personaje de Christoph Waltz (Walter Keane) lleva el peso de la trama, sobre todo durante toda la primera hora, pero carga a su personaje de tics y ademanes que exageran una interpretación que necesitaba más serenidad en distintos momentos de la cinta. Waltz actúa como si de una comedia se tratara, lo que choca con los matices de Adams, haciendo que la historia sufra cambio de tonos importantes que Burton no fue capaz de controlar. El compositor habitual del director, Danny Elfman, resalta con su partitura, aunque tampoco es uno de sus trabajos más destacados. Big eyes es un filme que busca exponer el daño que causa sostener una mentira a través de los años; no obstante, se queda a mitad del camino debido a una dirección que no logra manejar correctamente los tonos de la historia. Esta vez, Burton peca de conservador.
|
Archivo
October 2020
Categorías |