Por Karen Barrera Todos necesitamos confiar en alguien, en un amigo para recibir un consejo, en un colega para cubrir alguna chamba, en la pareja para no ser heridos o en un crítico de cine para elegir una buena película. No contar con nadie resultaría no sólo caótico sino también perturbador. Christine (Nicole Kidman) tiene 40 años, despierta cada día con un hombre que no reconoce, y en las horas que le restan antes de dormir trata de recuperar 20 años de su vida que parecen borrados. Con ayuda de su esposo Ben (Colin Firth) y el doctor Nasch (Mark Strong), nuestra protagonista le va dando forma, día con día, a todos aquellos momentos que la han hecho quien es. Sin embargo, Christine comienza a descubrir aspectos de su vida que por alguna razón le han sido ocultados. Si bien la película Before I go to sleep (No confíes en nadie), basada en la novela best seller de S.J. Watson, plantea un tema por demás interesante y fascinante dentro del cine de suspenso, consigue apenas un par de situaciones que mantienen al espectador al filo de su asiento y después a pensar si ir por más palomitas o no. A pesar de que, por momentos, uno no desearía estar en los zapatos Christine, hay otros en los que se agradece no ser Nicole Kidman (no es la peor de sus actuaciones, pero tampoco figurará dentro de las más memorables). Perder la memoria, creerse de 20, tener en realidad 40, y no contar con nadie de confianza es una situación que promete más de lo que No confíes en nadie nos ofrece. El guión, a pesar de tener sus efectivos momentos de tensión, se vuelve tedioso tras una serie de repeticiones de diálogos a modo de voz en off que narran una y otra vez lo mismo que estamos viendo en pantalla. Así, más que incomprensible, el filme va resultando poco atractivo tras perder el misterio y soluciona las incógnitas de manera apresurada y obvia, con un final que, aunque busque ser conmovedor, resulta poco creíble y funcional, convirtiendo un thriller, medianamente bueno, en un melodrama incompleto. Con todo, No confíes en nadie puede llegar a ser una buena oportunidad para distraerse un poco de la cotidianidad. Por algunos momentos, claro, pues si de pronto vibra el celular no se tendrá mayor problema en atenderlo y olvidar, entonces sí, a Christine y su amnesia.
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October 2020
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