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Cine: reseñas, testimonios y memorias

Los nueve pasajeros del Nostromo

11/23/2015

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Por Rafael Martínez García
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“En el espacio nadie te escuchará gritar”, es la línea con la que se promocionaba Alien en 1979 y ya desde ahí no es fácil pensar en una premisa más efectiva para una película de terror. Esta simple idea incluye en sí misma una de las características más fascinantes de esta película y es que en ella conviven con armonía las convenciones y formas de dos géneros cinematográficos muy importantes: el terror y la ciencia ficción.
 
Los elementos de ciencia ficción los identificamos rápidamente en la superficie, en su contexto. La acción tiene lugar en el futuro y arranca en medio del viaje de la nave de transporte comercial Nostromo de regreso a la Tierra con una importante carga de mineral extraído desde un planeta lejano. Los elementos de terror “invadirán” este contexto un poquito más tarde.

Para empezar, Ridley Scott nos muestra con elegancia el interior de esta imponente nave mientras su tripulación duerme en criogenia. No es una nave cualquiera, nos queda claro desde este momento su naturaleza tan específica, lo que vuelve a Nostromo algo muy especial. Es un espacio sucio, oscuro y frío, algo completamente diferente a los interiores de las naves de Kubrick en 2001: Odisea del espacio, por ejemplo. Ésta es una nave de carga, un gigantesco tráiler espacial, pues. Y los miembros de su tripulación son justo eso: traileros del espacio. Más adelante, esa estética gris y metálica que predomina en los interiores de Nostromo se volverán un verdadero peligro.
 
El viaje es interrumpido a la mitad y la tripulación es despertada. Al principio ellos piensan que han llegado a casa y se preparan para el aterrizaje. Nosotros, los espectadores, creemos lo mismo, y esa es justamente otra de las grandes virtudes de esta película, que no solo hay siete pasajeros humanos y uno extraterrestre al interior del Nostromo, sino que tú eres el noveno. Todo está construido perfectamente para mantenerte alerta, para preguntarte qué está pasando y qué pasará después, justo como los personajes, y tanto para ellos como para nosotros al otro lado de la pantalla no nos faltarán las sorpresas en todo momento.
 
“Madre”, la computadora central de la nave, ha decidido despertar a los siete tripulantes en medio del trayecto al captar una señal de origen desconocido, proveniente de un planeta cercano; señal que por obligación contractual tendrán que ir a investigar.
 
Tras presentarnos rápida y efectivamente a los integrantes de este grupo, Nostromo desciende sobre la superficie la luna LV-426 y a partir de ese momento todo se convierte en una pesadilla. Los motores se averían durante el aterrizaje y Kane es atacado por una criatura extraña que encuentra al interior de lo que parece ser una nave alienígena varada en ese lugar, y de donde venía la señal. 

Ridley Scott tuvo la fortuna de llevar a la pantalla esta estupenda creación del talentoso guionista Dan O'Bannon con los recursos suficientes para volverla una obra maestra.



​Aunque hasta ahora pareciera tratarse de una película coral o podríamos pensar en el capitán Dallas o el mismo Kane (a quien vemos despertar primero) como los posibles protagonistas de Alien, cuando la teniente Ripley decide negarles el paso de vuelta a la nave a Lambert, Kane y Dallas cuando éste último tiene el parásito extraterrestre adherido a la cara, esta chica comienza a volverse el personaje más interesante de todos. Ripley, como oficial a cargo mientras el capitán no está en la nave, piensa que dejarlos pasar violará el código de cuarentena y pondrán al resto de la tripulación en peligro; finalmente es Ash quien les permite el acceso, ignorando toda la autoridad de Ripley. Las cosas comienzan a ponerse feo, la tensión entre los pasajeros va en aumento.
 
Kane es atendido y aparentemente rescatado de su situación, pero en medio de una cena su vientre explota sorpresivamente (para todos) y entonces presenciamos el nacimiento del Xenomorfo, quizás la bestia más letal y a la vez fascinante de la cinematografía mundial. El llamado “alien” es un verdadero triunfo de diseño, no sólo en su parte física (bellísima aportación del maestro H.R. Giger), sino también en  las características de las que fue dotado como su sangre ácida y su capacidad de moverse y ocultarse con inteligencia.
 
El monstruo puede estar en cualquier lado y en cualquier momento. No podemos verlo, pero probablemente él sí a nosotros. Aquí bien podemos recordar al navío Demeter y su importante pasajero, el conde Drácula. Poco a poco van cayendo los integrantes de la tripulación cuando cada nuevo plan para atrapar al xenomorfo y deshacerse de él, fracasa. Pero las sorpresas no acaban nunca. La revelación de la verdadera naturaleza de Ash, así como el descubrimiento de las verdaderas intenciones de la misión de parte de “Madre”, son un verdadero deleite.
 
Ya hacia el final, sabemos que el deshacerse del alien es absolutamente necesario, no solo para salvarse ellos, sino para salvar a toda la humanidad. Nostromo no puede volver a la tierra con la bestia a bordo, y el saber que existe siempre un peligro mayor, hace de esta película un ejercicio excelente de cine de terror. Es con Alien, de hecho, que termina una importantísima década para este género.
 
Ridley Scott tuvo la fortuna de llevar a la pantalla esta estupenda creación del talentoso guionista Dan O'Bannon con los recursos suficientes para volverla una obra maestra, pues en su momento las películas espaciales no se veían con los mejores ojos y casi inmediatamente se pensaba en ellas como cine de clase B. Afortunadamente para Alien la suerte fue otra, y la convirtió no solo en una película tan virtuosa, sino que además dio paso a una de las franquicias más exitosas del cine mundial, con secuelas tan respetables como Aliens de James Cameron en 1986, y un par más de dudosa calidad, aunque nunca podremos negar que esta saga contó en los puestos de dirección con gente indudablemente talentosa, como David Fincher y Jean-Pierre Jeunet.
​


Rafael Martínez García (Michoacán, 1990)
Guionista y realizador audiovisual. Ha escrito y dirigido tres cortos de ficción, seleccionados en festivales internacionales como Guanajuato y Morelia. Es también organizador y programador de festivales y eventos cinematográficos. Actualmente, estudia guión de cine y TV en el CCC y dirige la revista digital Plot Point.

@rafaelmtzgarcia
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