Por José Luis Ayala Ramírez No deja de ser curioso que tuvieran que pasar más de 20 años para que una película bélica ganara el Oscar a Mejor Película desde que Pelotón de Oliver Stone lo hiciera en 1987, más si tomamos en cuenta que en ese transcurso se estrenaron filmes como Rescatando al soldado Ryan, La delgada linea roja o Cartas desde Iwo Jima, pero tuvo que ser hasta el 2010 con la llegada de The Hurt Locker que se rompiera la racha, y más sorprendente aún es que haya sido una mujer quien se haya llevado ese reconocimiento, y no porque no lo mereciera, sino porque jamás en la historia de los Oscar una cinta realizada por una directora se había llevado dicho galardón en un género además históricamente dominado por hombres. La tendencia finalmente había cambiado, la visión de la guerra de Kathryn Bigelow había terminado por conquistar a los críticos y académicos, por eso no fue de extrañar que cuando se decidió que cineasta llevaría a la gran pantalla la caza del terrorista Osama Bin Laden. La noche más oscura (Zero Dark Thirty) es un filme diferente dentro del género bélico, de hecho no podríamos decir que se trata de uno como tal, probablemente en manos de un director hombre hubiéramos tenido una visión más patriótica o un filme de acción acelerado y lleno de adrenalina, por el contrario la visión de Bigelow es más pausada y sobria, esta rodado más como si fuera un thriller que una película de guerra, con un guion que se encuentra muy bien documentado en cuanto a las investigaciones que dieron con la localización del presunto responsable del atentado del 9/11, pero sobre todo con un ojo muy diferente, real y por momentos imparcial de lo que acontecía en tierras de Medio Oriente. Esta imparcialidad se hace presente sobre todo en la primera parte del metraje, donde se exhibe y se critica; esto último de forma implícita, los actos de tortura que realizaban los oficiales estadounidenses a sus sospechosos para lograr sacar la información, sin embargo conforme evoluciona la historia estas viles acciones se van evaporando, ¿real o propaganda? Lo cierto es que cuando el filme arranca se ambienta en el año 2003, durante el periodo presidencial de George Bush, mientras que cuando los actos de tortura desaparecen ya habría comenzado la gestión del gobierno de Barack Obama. Puede ser coincidencia o no, pero lo cierto es que el duro retrato que genera durante bastante tiempo del metraje Bigelow, poco a poco se convierte en algo políticamente correcto, no tan descarado como otros filmes bélicos propagandísticos, pero no lo bastante lejano para que se deje de notar. Si nos remontamos a la historia del cine bélico es muy complicado encontrar personajes femeninos que hayan trascendido, por eso si Bigelow iba a dar su visión de la guerra de medio oriente necesitaba un protagonista que pudiera entender y que fueran sus ojos en esta historia, y eso es Maya (poderosa interpretación por parte de Jessica Chastain en la que es quizá su mejor papel hasta el día de hoy), una mujer tenaz, fuerte, determinada, pero que a la vez en pequeños detalles, en cortos lapsos muestra la sensibilidad hacia la guerra, desprende profundidad y reniega de su contexto, no por la misión, sino por las formas. Como Bigelow, Maya es una mujer rodeada de hombres con una forma establecida de llevar a cabo sus acciones, ella viene a romper el esquema, es el punto de vista diferente, es la visión de una mujer en la guerra, el de la directora, , el de su personaje. Pero el hecho de que Bigelow sea mujer no le supone ningún impedimento para demostrar garra cinematográfica, quizá no de forma constante, pero en el tramo final demuestra porque fue la primer cineasta en ganar un Oscar a mejor dirección, su trabajo para la planificación de una escena, de crear tensión, de usar la cámara para sugerir, de utilizar el sonido como herramienta narrativa, queda en manifiesto en un clímax que lleva hacia la caza del hombre más buscado por los Estados Unidos. No hay que buscarle tres pies al gato sobre la veracidad de los hechos o las teorías que afirman que el asesinato de Bin Laden nunca ocurrió, son válidas, pero de eso no se trata el retrato que ofrece Kathryn Bigelow acerca del movimiento post 9/11 en Pakistán, se trata de la nueva visión que le da la directora al conflicto bélico, de esa nueva mirada necesaria, ella llego a una ruta trazada por hombres (que van desde Kubrick, Lean, Coppola hasta Spielberg o Malick) pero forjo su propio camino.
|
Archivo
October 2020
Categorías |