Por Stefan Nellen La ficción, sobre todo cuando no es realista, presenta al lector (televidente o radioescucha) una alternativa a la realidad. Finalmente, es el lector el que decide si cree o no lo que lee. Es decir, si decide convertir la ficción en una realidad (independientemente de que sea real o no). En esta idea se asienta En la casa (Dans la maison, 2012), de François Ozon, basada en la obra de teatro El chico de la última fila de Juan Mayorga. Claude Garcia (Ernst Umhauer) es un joven de 16 años, que asiste al liceo Gustave Flaubert. Es descubierto por su profesor de francés, Germain Germain (Fabrice Luchini), como un escritor con un talento para la redacción, observación e imaginación. Es así como Garcia empieza a escribir una crónica sobre sus observaciones en la casa de la familia de clase media Artole, madre, padre e hijo (Emanuelle Seigner, Denis Ménochet, Bastien Ughetto). Germain le permite a su mujer (Kristin Scott Thomas) leer los trabajos de Garcia, ella los comenta, pero está más preocupada por perder su empleo en una galería de arte moderno inmonetizable. La película no se caracteriza por sus actuaciones estelares, y no es que sean malas, son relativamente buenas, sino que el enfoque de la película es otro. El valor de la película se centra en los diálogos, pues se trata de una extensión de la prosa de Garcia, que es leída en voz alta, y actuada por los personajes de la metaficción. Ozon entrelaza el mundo real con la ficción de Garcia. El espectador observa a Garcia y los Artole, mientras Germain lo corrige. Así uno observa cómo el alumno va cambiando y perfeccionando su estilo literario. Lo valioso de esta narrativa radica en que conforme se desarrolla la trama la división entre realidad y ficción se va difuminando. Germain aparece comentando los relatos de Garcia, mientras que los eventos de la narración tienen impacto en la vida de los personajes: ya sea porque realmente ocurren o por interacción causada por los anteriores. Asimismo, la división entre maestro y alumno se diluye, Garcia se burla de Germain y se pierde la noción de quién instruye a quién. Eventualmente, deja de existir cualquier división y nunca se sabe qué es ficción y qué es realidad, ni qué es obra de Garcia y que no. Un problema que se encuentra al ver Dans la maison es que la trama divaga mucho a través de distintos temas e ideas: ya sea por diseño o por coincidencia. Como consecuencia se alarga innecesariamente la película y el espectador corre el riesgo de aburrirse. No obstante, expone bastante bien la relación entre Garcia y Germain, donde ambos no son autosuficientes y dependen de la intuición del otro, ya sea en crítica y técnica narrativa para Garcia o inspiración para Germain. Una relación lenta, destructiva, que divaga por distintos aspectos y temáticas de la vida adolescente y adulta simultáneamente. Dans la maison, ganadora de la Concha de Oro del 2012, es una película de buen corte, con una idea central bien planeada y ejecutada. Aunque es esa misma idea central que causa que la película sea innecesariamente larga y a veces sin objetivo.
|
Archivo
October 2020
Categorías |