Por Ariana Juárez Duro y tupido como una buena relación sexual, la película 120 latidos por minuto, del director Robin Campillo, nos muestra la pasión con la que organizaron su rabia los enfermos de VIH, ante la indiferencia del gobierno francés a principios de los 90.
Con una edición meticulosa se afianza el ritmo de la narración, la cual honra el título de la película porque nunca se detiene. Acompañada del soundtrack, de Arnaud Rebotini, la estructura va de lo general, Act Up, es el nombre del movimiento que contiene tantas historias como su número de militantes, hasta lo particular, sugerido en una historia de amor inevitablemente trágica. |
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October 2020
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