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Entrevistas, crónicas y reportajes de largo aliento ​

La mirada de la Venus

1/19/2016

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Por Cynthia Fernández Trejo y Arisbeth Márquez

En el cine mexicano actual, ¿qué sitio ocupan las mujeres?, ¿se puede hablar de una mirada femenina?, ¿qué tipo de historias nos cuentan, y desde dónde, las cineastas afincadas en este país? Un grupo de destacadas guionistas y realizadoras arrojan luz sobre el tema. Sus opiniones animan un debate que se antoja necesario, urgente.

Imagen
Ilustración: Andrea L Paz Monterrubio
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¿Qué mira la Venus? Cuando logras olvidarte por un instante de la belleza apabullante de esos cuerpos tan bien representados en óleos y mármol, y concentras tu atención sólo en sus ojos, te preguntas, ¿qué miran?

Apenas en octubre del año pasado, un grupo de directoras de cine, entre ellas Icaír Bollaín, Chus Gutiérrez y Daniela Féjerman, declararon en una mesa redonda organizada en el marco de la 60ª Semana Internacional de Cine de Valladolid que la ficción no está representando a las mujeres del siglo XXI. Afirmaron que los roles femeninos siguen muy estereotipados y que aún hay “poco cine pensado por mujeres”. En este encuentro aseguraron que en la última década la presencia femenina en el cine sigue siendo poca. Bollaín aseveró que “seguimos siendo pocas directoras, productoras y guionistas”, lo que provoca que haya menos cine pensado por mujeres, menos de esas “historias invisibles” necesarias para no seguir reproduciendo personajes estereotipados en todos sus ámbitos[1].

Más allá de tomar una postura al respecto, dichas opiniones reflejan la pertinencia del tema que ocupa la portada de este número. La discusión acerca del lugar que tiene la mujer en la industria cinematográfico sigue abierta, como si se tratara de un caso sin resolver. En este texto no hay un interés combativo, sino más bien un interés analítico/revisionista. ¿Qué sitio ocupan las mujeres en el cine? ¿Qué posibilidades tienen en el campo? ¿Qué tipo de cine se está haciendo y porqué es importante que mujeres sigan escribiendo y dirigiendo? ¿Qué pasa en estos días con la representación de la mujer en los medios audiovisuales? ¿Por qué existen festivales y asociaciones que velan por los intereses de las mujeres en el cine y la televisión?

Con el fin de responder dichas preguntas, platicamos con seis mujeres guionistas reconocidas (algunas de ellas también directoras de cine) en este país: Busi Cortés, Claudia Saint-Luce, Lucía Carreras, Marina Stavenhagen, Paula Markovitch y Silvia Pasternac. Nuestras entrevistadas representan a cuatro generaciones distintas de escritoras y realizadoras, por lo que ha sido interesante constatar puntos de encuentro y de desencuentro en la manera de percibir y analizar algunos de los temas que les propusimos.

 
El nacimiento de la Venus. Caminos y posibilidades
 
Recientemente, la prolífica guionista, dramaturga y poeta mexicana Beatriz Novaro pronunció la siguiente frase en un encuentro de mujeres en el cine: "El guionismo se considera tradicionalmente un trabajo femenino, pues tiene elementos parecidos al rol de la mujer; está en un segundo plano y al momento en que pasa a la pantalla desaparece, como si nunca hubiera existido, tal como pasa con el trabajo doméstico”. Volvemos al punto de partida: El cine ha estado durante mucho tiempo en manos de los hombres. Nos guste o no, quienes han escrito la Historia se han encargado de inmortalizar a grandes figuras masculinas. En la industria cinematográfica, durante mucho tiempo, se relegó a la mujer a roles secundarios, a actividades en las que no tuvieran gran poder de decisión, debido, entre otras cosas, al prejuicio sobre la falta de liderazgo de las mujeres. Evidentemente eso ha cambiado, o al menos, eso es lo que muestran la cantidad de películas que año con año están escribiendo y dirigiendo mujeres en el mundo. No obstante, haciendo un repaso por los listados de personas nominadas y premiadas por la Academia, resulta interesante constatar la ausencia de figuras femeninas, lo cual, nos hace sospechar que aún hay asuntos que quedan por analizar. ¿Cuál es la situación actual de mujeres guionistas y directoras? ¿Es distinto el camino que debe seguir una mujer? ¿Qué tanto siguen operando prejuicios y discriminaciones? ¿Cuáles son las verdaderas posibilidades que hoy por hoy tenemos las mujeres de hacer cine en México?
 
SILVIA PASTERNAC
Desde pequeña me enseñaron que uno tiene que hacer lo que uno quiere y hacerlo lo mejor posible. Sin querer sonar pretenciosa, yo desde muy joven estuve acostumbrada a brillar; siempre fui una buena alumna, siempre leí cosas más elaboradas, etc., por la familia en la que crecí. Entonces, nunca he tenido la sensación de “ser una mujer” en el cine, o en la traducción, o en el psicoanálisis (y en general) y, mucho menos, la sensación de haber tenido que competir con un hombre. Sí creo que todavía hay menos mujeres que hombres en muchos ámbitos y lo que tenemos que hacer es empezar a brillar. En este medio, el cine, hay que hacer méritos, tanto hombres como mujeres; es posible brillar y llegar lejos si se tienen los conocimientos necesarios. Y, en general, me molesta mucho la discriminación al revés. Ha sido muy difícil para las mujeres entrar en el mundo, porque es un mundo patriarcal, y más en México que es un país machista. Pero yo sí creo que no tendrían por qué darnos chance por ser mujeres y que no tendríamos por qué dejar que nos den chance.

En la industria cinematográfica, durante mucho tiempo, se relegó a la mujer a roles secundarios, a actividades en las que no tuvieran gran poder de decisión, debido, entre otras cosas, al prejuicio sobre la falta de liderazgo de las mujeres. 



​CLAUDIA SAINT-LUCE
Este mundo es un mundo lleno de hombres. Creo que mucha de la dificultad de la mujer para acceder a ciertos ámbitos profesionales, incluyendo el cine, estaba relacionada con el hecho de que la educación universitaria era poco accesible para las mujeres. Poco a poco eso se fue abriendo. Cuando yo estudié, en mi grupo éramos cuatro mujeres y cinco hombres, mitad y mitad, pues. Así que estaba equilibrado. No había tanto machismo. Yo creo que es difícil como mujer si nosotras mismas por ser mujeres nos autolimitamos. En mis inicios como asistente de dirección, me costó mucho trabajo porque había que pagar un derecho de piso, pero eso fue más por el hecho de que nadie me conocía y no tanto por el hecho de ser mujer. Lo que sí me ha tocado en este medio ha sido trabajar con mujeres machistas, con mujeres que les puede más la autoridad de un hombre y que te maltratan por ser mujer; mujeres que son muy groseras con otras mujeres, mientras que con los hombres son cándidas y dulces. Hay un machismo también femenino, por así decirlo, y con eso me topé mucho.
 
LUCÍA CARRERAS
La verdad es que ahorita estamos en un momento en el que acceder a hacer cine les cuesta el mismo trabajo a hombres que a mujeres. Creo que es más fácil acceder si tienes las relaciones adecuadas, si tienes el apellido adecuado, si tienes la posición adecuada... No es más difícil acceder como mujer. Yo no siento, y nunca he sentido, que como mujer tenga una posición de desventaja. Hace como tres años se organizó en Berlín una cumbre de mujeres cineastas. Estuvieron Isabel Coixet, Lucrecia Martel, Jane Campion, entre otras grandes directoras de cine. No había ninguna mexicana hasta donde yo recuerdo. Fue muy interesante lo que estas mujeres empezaron a discutir. Se pusieron a evaluar por qué si la participación de la mujer ya está siendo tan equitativa en la escritura y en la dirección, en los festivales y en las taquillas no hay una equiparación de lo que está pasando con la mujer en términos de generar cine. ¿Por qué tanto los programadores, los seleccionadores de los festivales, así como los jurados, no están dándole a la mujer, o al cine hecho por mujeres, el mismo lugar que está teniendo el cine de hombres? Es una buena pregunta, ¿por qué hay una producción cinematográfica tan amplia y las mujeres no están siendo seleccionadas ni galardonadas? Este año estuve en Morelia y sólo éramos tres mujeres; yo, mi codirectora y Elisa Miller, todos los demás eran hombres. Hay un montón de mujeres haciendo cine, ¿por qué no nos seleccionan? No creo que sea un tema de género, creo que es más complejo. Y esa es la discusión que me parece más interesante ahorita.

Se espera que seamos igual de “rudas” que un hombre. Al llegar a un set, tenemos que demostrar mucho más que un hombre, y las fotógrafas te lo van a decir todavía más. Lo que yo trato de hacer es trabajar con gente que crea en mi proyecto y con la que tenga un intercambio creativo fácil. Cuando llegas a construir un equipo que es sensible, que no espera que seas ruda, sino que sepas, es mejor. Aprendes que en el cine la gente te respeta si sabes y si tienes claro a dónde vas, lo que la gente quiere es que la cabeza sepa a dónde va, da lo mismo que sea hombre o mujer. El gaffer de la ultima película en la que trabajé me dijo: “Yo prefiero trabajar con mujeres porque hoy por hoy las mujeres son mucho más claras que lo hombres”.
El tema no es reflexionar la diferencia, sino la igualdad como un velo de la diferencia, a los hombres a veces también se les desprecia. Las mujeres también estamos en una situación de poder por el hecho de ser mujeres. Hay que verlo desde todas las fronteras, es un tema complejo, no se vale azotarnos, no nos maltratan, a veces nos maltratamos solas. Yo no digo que estemos bien como mujeres pero estamos en un posición adecuada.
 
BUSI CORTÉS
El único problema que tuve de género fue cuando quise hacer “El Secreto de Romelia” con los de STPC. La sección de técnicos y manuales estaba formada por puros hombres y no admitían mujeres. Yo llegué con toda una generación de alumnos del CCC que iba a apoyar una ópera prima, de los que 50% eran mujeres. Entonces nos dijeron que no, que tenía que trabajar con la gente del sindicato. Luego de eso nos fuimos con Estudios América, con los del STIC. Como eran mas jóvenes, ellos si estuvieron de acuerdo, con todo y que el STPC era un sindicato independiente, que no tenía que ver con el congreso general de trabajadores del PRI, un sindicato que se suponía con más sensibilidad, estaba Gabriel Figueroa, había muchos de los que lo formaron justamente para defender la integridad del cine y no depender de las leyes sindicales del sistema, pero en ese momento no quisieron dar el paso y era por esto, porque iba con un equipo de mujeres que iban a hacer vestuario, asistente de dirección, foto fija, dirección de arte, casi todas eran mujeres, menos los de fotografía y sonido eran hombres.
 
MARINA STAVENHAGEN
No sé si pueda hablar mucho al respecto desde mi experiencia como guionista. Creo que es en la dirección en donde las mujeres se han topado con más dificultades para hacer cine. A los hombres les falta educación para reconocer la capacidad de liderazgo y mando de una mujer; y creo que eso a la hora de un rodaje es lo que más han padecido muchas compañeras directoras. Yo elegí el guión porque esa era mi vocación; donde yo soy más feliz es en mi casa frente a mi computadora escribiendo, leyendo, viendo películas… Pero sé de muchas compañeras del CCC que inevitablemente se iban orillando a hacer continuidad, a hacer edición, o arte, o vestuario, o maquillaje; es decir, aquellos oficios que se consideraban más cercanos a lo femenino. Cuando fui directora de IMCINE (fui la primera directora de IMCINE en toda su historia), me enfrenté un poco a eso: lidiar, por ejemplo, con funcionarios, productores y gente que llegaba a presentar proyectos, que no me tenían el mismo respeto ni la misma distancia que le tienen a los hombres. No obstante, reconozco y me da gusto saber que las nuevas generaciones están adoptando una nueva cultura del trabajo en equipo, un poco más equitativa.

"Nunca he tenido la sensación de 'ser una mujer' en el cine, o en la traducción, o en el psicoanálisis (y en general) y, mucho menos, la sensación de haber tenido que competir con un hombre. Sí creo que todavía hay menos mujeres que hombres en muchos ámbitos y lo que tenemos que hacer es empezar a brillar".
Silvia Pasternac



PAULA MARKOVITCH
Creo que los artistas, trabajamos intensamente en torno a nuestras obsesiones a lo largo de la vida. Algunas obras nos salen mejor que otras. El camino va hacia adentro, no hacia delante.

Se puede observar claramente que a lo largo de la historia y en casi todas las culturas, los varones están en una situación injustamente privilegiada, respecto a las mujeres. Pero al mismo tiempo esos privilegios les vuelven insensibles e ingenuos en muchos aspectos de la vida. Menos agudos y menos lúcidos como suelen ser los poderosos. No conozco la experiencia de ser varón, así que no puedo comparar mi historia personal con una versión hipotética de mi propia vida, en la que yo hubiera pertenecido a otro género.

Creo que vivimos en un mundo patriarcal en todos los aspectos. Hace muy pocos años, (y aún hoy en muchas culturas), las mujeres no tenían permitido estudiar o votar… mucho menos ser conductoras de un equipo, o hacer películas.

El machismo de hoy tiene diferentes manifestaciones, una de las más insoportables es la “condescendencia”. Muchos varones expresan su subestimación a través de la “compasión”.

Debilitan la figura de una líder mujer, compadeciéndola.

Al mismo tiempo muchas mujeres utilizan también esta herramienta. Saben que no pueden manifestar una posición de autoridad, porque serían de una un otra manera saboteadas. Entonces “fingen” desprotección, para lograr manipular las circunstancias y conseguir de otros modos lo que necesitan sus proyectos .


Olympia. Mirada femenina
 
Actualmente, mujeres guionistas y directoras dirán que no escriben o hacen “cine de mujeres”, ya no se reconocen dentro de esta etiqueta, “quizá porque lo consideran discriminatorio y reduccionista, puesto que nadie emplea el término ‘cine de hombres’.”[2] Sin embargo, sin afán de caer en encasillamientos, existe la sospecha de una manera femenina de ver el mundo, no mejor ni peor que la de los hombres, pero sí distinta que, invariablemente, tendría que estar reflejada en los guiones y en las películas hechas por mujeres. El uruguayo Jorge Ruffinelli, académico de la Universidad de Stanford y autor del libro Locas Mujeres. 130 directoras en América Latina (2015), opina acerca del cine latinoamericano hecho por mujeres: “Sospeché que ese cine debía ser diferente al realizado por hombres en el mismo periodo, por circunstancias obvias y válidas: la experiencia de género es diferente, la experiencia vital de las mujeres es reconocidamente singular y específica, por encima de las diferencias de clases sociales y origen económico”[3]. Según el académico, estas mujeres han aportado nuevos modos de ver. ¿Existen géneros y temáticas “de mujer” y géneros y temáticas “de hombre”? ¿Existe una “escritura femenina”? ¿Será verdad que el género del autor puede repercutir en su escritura y en las historias que cuenta? Es importante aclarar que la experiencia femenina (como la masculina) es múltiple y diversa. Al hacernos estas preguntas, no estamos hablando de la mujer y de su mirada como algo estable e inacabado, al contrario, buscamos demostrar de qué forma, el discurso femenino audiovisual tiene el poder de desestabilizar el discurso dominante que incluye una noción unívoca de mujer.
 
SILVIA PASTERNAC
Creo que quizá hay intereses que las mujeres tenemos porque vivimos en un mundo donde ser mujer tiene un significado. Creo que sí, los hombres y las mujeres somos distintos porque para empezar no nos crían igual. Nos crían distinto y eso sí se refleja en lo que nos gusta, en lo que no, en lo que nos da risa, etc. Creo que sí pasa que las mujeres se dedican a ciertos temas, también creo que no es una ley y en este momento me costaría mucho trabajo teorizar sobre el asunto. Me parece que sí hay cierto tipo de cosas que podrían ser catalogadas como características de una escritura de mujeres. Hablamos, por ejemplo, de las relaciones entre mujeres o de la dificultad de comunicarse con los hombres como si fueran otra especie (porque realmente a veces así parece). Estos son temas que, por lo menos a los hombres que yo conozco, no les interesan, aunque eso no significa que no haya quienes posiblemente se puedan interesar. Y sin embargo, creo que, a diferencia de los hombres, las mujeres tenemos una ventaja con respecto a los temas y géneros que podemos abordar. Nosotras tenemos un rango muchísimo más amplio de cosas que podemos hacer sin pudor; nosotras tenemos el chance de escribir una película de terror, una película gore o una película romántica y nadie va a juzgarnos, en cambio, esto no es tan evidente con los hombres.
 
CLAUDIA SAINT-LUCE
Creo que las mujeres somos más emocionales que los hombres; es decir, me cuesta ver a una mujer escribiendo “Rápido y Furioso”, también creo que las mujeres se fijan más en los detalles que los hombres y, sin embargo, creo que hay de todo, hay hombres que lo hacen también. Creo que sí hay cierta sensibilidad femenina. Por ejemplo, cuando buscaba a un(a) fotógrafo(a) para mi primera película, opté por una mujer pensando en que la historia estaba contada desde el ojo de una mujer. Pensé que un hombre no pondría la cámara de la misma forma que lo haría una mujer, yo necesitaba una sensibilidad maternal, femenina, que me ayudara a contar esa historia. No sé si hay temas o géneros específicos de mujeres. Cuando escribo pienso en aquello que me está tocando en ese momento, en algo que me mueve, algo que me duele, y entonces lo empiezo a desarrollar. Cuando uno escribe, habla de lo que le afecta con el fin de contar una historia de la forma más honesta posible, al menos eso es lo que yo me pongo en la cabeza. Me gustaría que al final no se hablara de todas estas distinciones de género sino de buenas o malas películas sin importar quien esté detrás de ellas, que hubiera un respeto por el guionista, un respeto por el/la director/a, independientemente de su género.

"Hace como tres años se organizó en Berlín una cumbre de mujeres cineastas. Estuvieron Isabel Coixet, Lucrecia Martel, Jane Campion, entre otras grandes directoras de cine. No había ninguna mexicana hasta donde yo recuerdo. Fue muy interesante lo que estas mujeres empezaron a discutir." 
Lucía Carreras



​LUCÍA CARRERAS
En Latinoamérica, sobre todo en México, en el cine, el abordaje de las temáticas se vuelve distinto. Yo siento que las mujeres abordamos mucho más la intimidad de lo que pasa con el personaje, mientras que los hombres abordan mucho más desde los contextos sociales. Es lo que yo he percibido al tratar de entender cuál es la diferencia. Por poner un ejemplo, una película como “El premio” de Paula Markovitch, aborda la intimidad del personaje de la niña, la intimidad del personaje de la mamá, independientemente del contexto social. En “Helli”, por otra parte, se aborda más al personaje desde afuera, se le aborda desde la problemática social. Y siento que en los documentales pasa un poco lo mismo. Simplemente, la diferencia está en el punto de vista desde el que se están abordando las historias. Ahora bien, no se puede hablar a “rajatabla”. Yo me siento a hablar con escritores como Gibrán Portela, que es alguien con quien tengo mucho intercambio y con quien he coescrito, y me doy cuenta de que de repente tiene los mismos intereses que yo. Y luego, ves una película como “Güeros” y encuentras un montón de intimidad. He escrito con hombres y mujeres y la verdad es que no hay diferencia, es la persona lo que hace la diferencia, con quien te entiendes. Insisto, ya no estamos en un universo donde podemos ser tan radicales.
 
BUSI CORTÉS
Definitivamente sí hay temas y géneros de mujeres y te voy a poner un ejemplo. Cuando yo terminé “El Secreto de Romelia” me invitaron a formar parte del Consejo Consultivo de IMCINE. Había 9 hombres y yo y, con todo y que había gente con mucha sensibilidad como por ejemplo Gabriel García Márquez, Gabriel Figueroa, Tomas Pérez Turrent, Felipe Cazals o el mismo Pedro Armendáriz, se juzgaba duramente los guiones de las mujeres. Yo siento que en ese entonces lo ideal habría sido que fueran anónimos, que no se supiera si estaba escrito por un hombre o una mujer, porque sí había una tendencia a decir que en los guiones de mujeres no pasaba nada, que no eran interesantes, y a mí sí me interesaban. Yo me acuerdo de cuando llegó “Como agua para chocolate”, sólo Tomas Perez Turrent y yo lo defendimos muchísimo, de no ser por eso, yo no sé qué hubiera pasado. Ahí noté que había una diferencia. Lo veo también con las becas del FONCA: si encuentro cierto tipo de historias, a veces trato de preparar a las guionistas para que escriban unos guiones que tengan ciertas concesiones para el mundo masculino que los va a leer, como los productores que van a dictaminar sus guiones para a ver si se filma o no se filma. Les digo que traten de hacer un guión pensando en eso, para eso, para que se filme la película, ya después que hagan la película que quieran. Entre las cosas que les sugiero está simple y sencillamente que haya más acción, que no todo se resuelva en diálogos, en conflictos interiores. Yo siento que sí hay una escritura femenina. Yo sí lo veo y es sencillo: ¿El protagonista de la historia es hombre o mujer? Ya por el hecho de que sea una mujer, se puede saber que es una mujer la que esta escribiendo porque es raro que un hombre tenga como protagonista a una mujer, normalmente la mujer es el adorno. No obstante, por supuesto que hay directores que tienen personajes femeninos de mucha calidad, como Woody Allen o Bergman cuyos personajes femeninos son riquísimos, muy complejos.
 
MARINA STAVENHAGEN
No sé si existe una escritura femenina, creo que es un territorio peligroso, incluso adjetivarlo, decir que algo es “femenino” ya te mete en moldes culturales. Ahora bien, sí siento que existe una diferencia entre las historias que hacen las mujeres y las que hacen los hombres. Yo creo que en general lo que es interesante del cine de mujeres es que ven la vida desde otro lugar, tienen otra mirada sobre el mundo, sobre su sociedad… Yo te puedo asegurar que la misma historia contada por un hombre y luego por una mujer va a ser contada de forma diferente y eso a mí me parece fundamental. Por eso es importante que haya cine de mujeres, si no nos estaríamos quedando solamente con la mirada de los hombres sobre el mundo. La mirada de las mujeres sí enriquece las historias, porque es otra mirada, nada más por eso, no porque sea mejor o peor. Para que la mirada sea femenina basta con ser mujer, no tiene que ser una historia que hable de mujeres, o que la protagonista sea una mujer. Simplemente por ser mujer, la manera de ver el mundo ya es otra. No hay historias para hombres, ni historias para mujeres, nada más hay historias que no se le ocurrirían a un hombre y sí se le ocurrirían a una mujer y viceversa. Y mientras más mujeres haya escribiendo y dirigiendo pues más de esas historias vamos a poder conocer. Y eso es a lo que debemos aspirar, a la diversidad y a la equidad en las historias.

"Yo elegí el guión porque esa era mi vocación; donde yo soy más feliz es en mi casa frente a mi computadora escribiendo, leyendo, viendo películas… Pero sé de muchas compañeras del CCC que inevitablemente se iban orillando a hacer continuidad, a hacer edición, o arte, o vestuario, o maquillaje; es decir, aquellos oficios que se consideraban más cercanos a lo femenino."
Marina Stavenhagen


 
PAULA MARKOVITCH
No creo que existan hombres y mujeres. Y mucho menos temáticas de unos y otros.

Como dijo Lana Wachowsky, existen muchos más que sólo dos géneros.

El género es un concepto cultural, tanto como la raza.

Los humanos tenemos todos el mismo género y todos venimos del África.

La coloración de la piel o el tipo de genitales son detalles en mi opinión.
​
La diferencia entre hombres y mujeres es cultural. Digamos que las personas con menstruaciones mensuales, hemos vivido en cierto grado de sometimiento, hacia las personas que tienen testículos, en casi todas las culturas humanas.

Desde esta posición generalizada, es natural que las personas sin barba y con menos poder,  concibamos el mundo de manera diferente que quienes tienen barba y mayores privilegios…

Los vencidos de cualquier batalla siempre tienen otra versión de los hechos.

Pienso que la escritura femenina, es diferente, a consecuencia de nuestra posición histórica, no de nuestras hormonas.

Pasa lo mismo con las razas, no existe “una manera de escribir propia de los negros o de los orientales”.

Las personas de tez oscura tienen una historia particular en el mundo… y a consecuencia de esa historia realizan ciertas producciones culturales. No es que el color de su piel sea lo que les dicte su manera de pensar o de crear cine…

Igual pasa con las mujeres. Nuestra posición histórica es la que nos da cierta perspectiva, no nuestros genitales.


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La Venus del Espejo.
Representación de la mujer en los medios audiovisuales y responsabilidad

 
“Las representaciones culturales de la mujer y del mundo son, desde hace tiempo, objeto de reflexión de las mujeres que se preguntan sobre la construcción cultural del deseo, del placer, de la sexualidad, de las representaciones icónicas, del lenguaje.”[4] La directora Chus Gutiérrez alertó durante la 60ª Semana Internacional de Cine de Valladolid que pese a los avances de la sociedad es preocupante que “sigamos reproduciendo personajes estereotipados en todos sus ámbitos, emocionales, laborales, sociales o relacionales”[5]. Lo que es constatable es que dentro de la oferta audiovisual de hoy en día, particularmente la de la televisión, no se representa aún a la mujer en su heterogeneidad, sino que más bien se le encasilla en un falso ideal falogocéntrico que niega su forma real y múltiple. Y la preocupación aumenta si consideramos la capacidad “educativa” que pueden llegar a tener estos medios. Por este motivo, surge la pregunta respecto a una posible responsabilidad que tendríamos las mujeres guionistas y directoras al momento de tomar la palabra y autorepresentarnos, al mostrarnos desde nuestra mirada y contar nuestras historias y experiencias.
 
SILVIA PASTERNAC
Estamos en una época muy peligrosa, en donde lo políticamente correcto es muy importante y me parece que deberíamos tomarnos ciertas cosas menos en serio. Creo que hay una vertiente que parte de que las mujeres son sólo una cosa (en las telenovelas para empezar) y una cosa no muy interesante, pero no creo que haya que preocuparse tanto por el asunto.

Debemos ser menos solemnes, ofendernos menos por ciertas cosas. Por otro lado, burlarnos un poquito más y si queremos dar una imagen nueva, darla.
 
CLAUDIA SAINT-LUCE
En las televisión (y refiriéndome muy particularmente a las telenovelas), no hay matices: o eres tonta, buena y guapa; o eres mala y luego va a haber un castigo. En el cine actual mexicano, la mujer es vista como participe de un universo que se crea. Dicho universo es un escenario en el que se busca presentar con fidelidad situaciones y personajes tal y como son en la realidad, al menos en las películas de los últimos tres años. Por ejemplo, si se habla de migración o de un matrimonio, las mujeres son presentadas tal y como viven esas realidades. Creo que el tipo de mujer que se está representando en el cine sí tiene más que ver con lo que vemos en nuestra realidad.

Sobre si siento que tenemos una responsabilidad respecto a la representación de la mujer, la respuesta es no. Me parece que tengo la responsabilidad de contar algo que a mí me mueva y de contarlo de la manera más verdadera posible, para que la gente pueda empatizar con eso. Me fijo que en la escritura algo pase, que el personaje quiera algo, que ese algo sea importante y que luche por eso. Sólo pienso en la obra. No creo que una mujer tenga “la responsabilidad”. En el momento en que decides que quieres escribir un guión, no estás pensando en la importancia que le estás dando a la mujer, hay algo en la víscera que te dicta que el protagonista tiene que ser hombre y el antagonista mujer, no piensas en la responsabilidad sino en tu obra, y uno debe pensar en la obra antes que en cualquier otra cosa.
 
LUCÍA CARRERAS
Creo que hay de todo. Depende de qué veas, dónde lo veas, desde dónde está generado. Yo creo que ahorita hay un abanico brutal, que los medios audiovisuales occidentales se han abierto de alguna manera a la diversidad, exceptuando quizá a las telenovelas mexicanas (no sabría que decir sobre ellas, hace mucho que no veo una telenovela, pero me imagino que siguen siendo muy machistas). Actualmente las cinematografías son muy diversas, hay de todo. De repente, en occidente, constato una necesidad tremenda de representar a la mujer como algo fuerte. Ya no hay blanco y negro, hay todo tipo de matices.
 
BUSI CORTÉS
Justo este año me tocó estar en una cumbre de mujeres latinoamericanas, organizada por la ONU y una fundación que se llama THE WOMENS POWER. Cuando llegamos allí nos dimos cuenta de que la dichosa fundación es de TV AZTECA, de Elisa Salinas. Fue interesante porque yo tenía muchos prejuicios en contra de ellos y, sin embargo, me di cuenta de que ellos cumplían con una función social. Es muy impresionante cómo se ha ido modificando el papel de la mujer y su dignidad frente a esos públicos. Ellos lo están cumpliendo mucho más que nosotros los cineastas. Tienen demasiado impacto en términos de modificación de conductas y de conciencia de la mujer, sí lo están logrando. Es impresionante. Claro que sigue habiendo estereotipos, de hecho era lo que yo les criticaba, pero en lo que respecta a las mujeres buscan -no me gusta la palabra- empoderarlas. Creo que en general en el cine no está pasando, a la mayoría de los realizadores mexicanos (no a todos) no les importa, no necesitan este tipo de cosas para llegar a un festival.

En otras cinematografías, las mujeres han adquirido un papel relevante, dicen que esa es la aportación (yo no la he visto) de “Star Wars” o de “Frozen”, que ya no es la historia típica de princesas, sino la historia de dos hermanas.

"Creo que vivimos en un mundo patriarcal en todos los aspectos. Hace muy pocos años, (y aún hoy en muchas culturas), las mujeres no tenían permitido estudiar o votar… mucho menos ser conductoras de un equipo, o hacer películas."
Paula Markovitch



​MARINA STAVENHAGEN

No hemos evolucionado mucho. Aunque hay un relevo generacional, seguimos siendo encasilladas en los mismos papeles. Los dos años que estuve en Televisión Azteca fueron muy interesantes y reveladores sobre lo que es la televisión privada y la manera en la que la mujer es representada. La realidad es que la imagen de la mujer no ha cambiado mucho, siguen siendo, o las malas o las buenas, sin puntos medios que las complejicen.

Yo sí pienso que como mujeres hay que hacer un esfuerzo, nosotras mismas, por evitar ese encasillamiento. Siento que sí tenemos una responsabilidad. De pronto, sí tendríamos que hacer un ejercicio de consciencia y notar cómo estamos viendo a las mujeres y a los hombres en nuestras historia. No se trata de alterar la realidad, no vamos a contar una historia que no es pero creo que hay que hacer un esfuerzo por revisitarla, ¿por qué no?

Debemos ser cuidadosos cada que escribimos. Tú y tu pluma tienen una responsabilidad, ¿por qué no ir modificando poco a poco las cosas? No me refiero a hacerlo de manera militante, no se trata de escribir pensando “voy a hacer la película que transforme la manera de ver a las mujeres en esta sociedad”. Además, no sé si se puede hacer con esa determinación porque las historias tienen que ser naturales, tienen que salir del alma, tiene que ser reales, tienen que ser verosímiles. Afortunadamente, en la generaciones de ustedes ya están cambiando un poco los papeles. Eso me llena de emoción y de gusto. Cada historia es una trinchera y desde ahí vas defendiendo cosas que tú piensas, si es que las piensas. También puedes no pensar en ello y no pasa nada. Creo que podríamos comenzar por la televisión, porque es ahí donde se reproduce la educación sentimental, donde se perpetua una manera de ser mujer en esta sociedad.
 
PAULA MARKOVITCH
Creo que toda la cultura es patriarcal por ahora , y los medios audiovisuales, no hacen sino representar los conceptos generalizados.

Hace unos años hubo una serie estadounidense que me llamó la atención “Demage”, en la que una ambiciosa abogada, se quedaba sola a consecuencia de su desmesurado anhelo de poder.

En una mujer  la ambición es vista como un signo de egoísmo y castigado con la soledad. Para un hombre la ambición es saludable y los hombres exitosos, son también los más amados.

Las estructuras de poder, premian como “virtudes”, aquellos rasgos que le convienen.

Al sistema le conviene tener sirvientes humildes y agradecidos, y esas son las virtudes que se ponderan: se espera entonces de los “pobres”, que sean “sencillos” y “buenos”. Al sistema le conviene tener mujeres sensibles y hogareñas que sigan a los hombres… por lo mismo se premia en la mujer, las características de apego familiar y ensueño romántico. Una mujer que priorice cualquier cosa que no sea el amor y la familia es vista como “egoísta” o “loca”. Pero esto no es una característica de los medios audiovisuales, sino que son las pautas de la cultura misma.

Creo que todos los artistas, tenemos que intentar sortear las trabas y prejuicios del consenso, y arribar a visiones descarnadas de nosotros mismos y del mundo.

En ese sentido,  las mujeres artistas tenemos que zafar de las definiciones acerca de nuestro trabajo y nuestro ser,  y reírnos de lo que se espera de nosotras.

A mí me gusta crear relatos, en torno a personajes varones. Ellos también pueden ser retratados por artistas mujeres,  y revelarse en las obras, de nuevas maneras.
 

Venus de Milo.
Sobre la existencia de festivales y asociaciones dedicados al cine de mujeres

 
El tema de los festivales y de las asociaciones que hoy en día velan por los intereses de las mujeres que hacen cine, puede resultar polémico. Y es que, al igual que con la etiqueta de “cine de mujeres”, hablar de “festival de cine de mujeres” puede sonar discriminatorio, sobre todo si como muchas mujeres guionistas y directoras se piensa que en el mundo sólo deberían existir buenas y malas películas, y no películas de hombres y películas de mujeres. La distinción no debería de existir.

Ahora bien, es un hecho que su existencia no es gratuita. Que sigan existiendo estos festivales y asociaciones es un síntoma de que, pese a los avances, sigue habiendo algo que no deja de preocupar respecto a la participación de la mujer en la industria cinematográfica.
 
SILVIA PASTERNAC
Yo preferiría que no me dieran ventaja. Es muy complicado porque en un mundo machista como este, quizá la percepción de esos grupos es que necesitamos abrirnos un nicho porque no están tan abiertos los nichos normales. Yo creo que ya no es cierto.

En este mundo, en el que nos movemos, tenemos que hacer méritos, tanto hombres como mujeres. Sí un hombre no tiene la capacidad, va a acabar cayendo por su propio peso, si una mujer es inteligente va a acabar subiendo por su propio peso. Eso creo yo o eso me gusta pensar. Estoy segura de que debe de haber un argumento en contra de lo que estoy diciendo, a favor de los festivales de mujeres.
 
CLAUDIA SAINT-LUCE
Creo que entre más se hagan estas distinciones (asociaciones, festivales y premios para mujeres) más latente se hace la diferencia, más grande se hace el abismo entre nosotros. Me parece que lo que debería haber son buenos guiones, buenas películas, sin importar quién esté detrás de ellas: hombre, mujer, transexual, bisexual, animal, quimera, no importa… Lo que importa es lo que se está contando y que haya buenas películas de todo, de terror, de drama, de melodrama, etc.

"Cuando yo terminé El Secreto de Romelia me invitaron a formar parte del Consejo Consultivo de IMCINE. Había 9 hombres y yo y, con todo y que había gente con mucha sensibilidad como por ejemplo Gabriel García Márquez, Gabriel Figueroa, Tomas Pérez Turrent, Felipe Cazals o el mismo Pedro Armendáriz, se juzgaba duramente los guiones de las mujeres."
Busi Cortés
 



LUCÍA CARRERAS
Yo creo que son reacciones a algo que sucedió en los 70’s y 80’s. Es una realidad que hay países en los que es más complicado ser mujer y acceder a los ámbitos profesionales, sí hay condicionantes siendo mujer. Pero que haya un circuito de cine femenino con esta visión, creo que es una reacción ligada al hecho de que en occidente la mujer ha empezado a tener más participación en todos los ámbitos profesionales y que, por lo mismo, se ha generado toda una tendencia a abordar a la mujer desde una perspectiva única. Siento que ya no estamos, en occidente al menos, en una posición en la que tengamos que privilegiar a la mujer porque entonces de repente la mujer comienza a tener un lugar más privilegiado que el del hombre por el simple hecho de ser mujer. De pronto, estamos viendo a la mujer desde la academia como un elemento de estudio, como un elemento de lucha, y entonces ¿qué pasa con el hombre en ese universo?
 
BUSI CORTES
He formado parte de la Asociación Mujeres en el Cine y la TV de México, con más intensidad, desde hace cinco años. Veo que sí era muy importante porque si no fuera por las muestras, no habría habido otra manera de ver, sistemáticamente, las películas de mujeres. Era el único espacio en donde de verdad podías ver en conjunto la producción nacional de mujeres. Ahora ya hay más participación de mujeres en todas las muestras y en todos los festivales, tanto nacionales como extranjeros. Antes era muy difícil que llegara una película de Von Trotta o de Doris Dorrie, si no fuera por estas muestras, no habría habido en aquel entonces manera de verlas. Eran realmente muy excepcionales los casos de directoras que podías conocer en México, llegaban hasta que ya tenían un premio importante en Europa. Era muy difícil ver cine de mujeres.
 
MARINA STAVENHAGEN
Nos preguntaban mucho “¿Por qué hacer una asociación de mujeres en el cine?” Sobre todo los hombres. Y la respuesta es que si no hubiera una evidente inequidad, no haría falta darle visibilidad especial a lo que hacen las mujeres. Venimos cargando con una equidad de género atávica. Creo que el cine es un medio bastante machista, la estructura de la producción está muy centrada en los hombres. Hacer una asociación de mujeres en el cine permite darle fuerza gremial a las mujeres en el cine.

Estas asociaciones se han creado con el propósito de darle visibilidad al trabajo de mujeres y reconocimiento por lo que hacen en el cine en México en distinto oficios. Asociarse permite hacer un recuento de cuántas somos, quién es quién, en dónde estamos y a qué dificultades nos enfrentamos para así posibilitar un cambio paulatino en la visión cultural de las mujeres como artistas, como creadoras, como trabajadoras del cine. Reconozco que actualmente ha habido una cambio de mentalidad en las nuevas generaciones con respecto a la mujer en el cine y eso me da mucho gusto.
 
PAULA MARKOVITCH
Creo que los festivales y asociaciones dedicadas a la mujer son saludables, para reflexionar acerca de la discriminación real y generalizada de la cultura patriarcal del mundo.

"Sobre si siento que tenemos una responsabilidad respecto a la representación de la mujer, la respuesta es no. Me parece que tengo la responsabilidad de contar algo que a mí me mueva y de contarlo de la manera más verdadera posible, para que la gente pueda empatizar con eso." 
Claudia Saint-Luce



​Efecto venus

 
Si estuviéramos frente a la pintura la Venus del espejo de Velázquez, asumiríamos que Venus se está mirando a sí misma reflejada en el cristal, pero en realidad Venus está mirando al reflejo del pintor. Esto es el efecto venus, que también tiene su equivalencia en el cine (cuando vemos a un actriz frente al espejo, por ejemplo).

Dicho efecto nos permite hacer un símil con la situación actual de las mujeres en el cine y la televisión. Las cineastas han dejado de mirar el reflejo de Velázquez y han demostrado que pueden ocupar el sitio del pintor.
Escribir, dirigir e, incluso, fotografiar, ya no son actividades propias del género masculino. Por supuesto, existe una misoginia o machismo que tenemos atorado en la médula cultural, que permea en el cine. No obstante, no hay un discurso de víctimas entre las guionistas y realizadoras mexicanas. No se puede hablar de un cine femenino ni un cine masculino, sin embargo es posible señalar ciertas características o afinidades en películas dirigidas o escritas por mujeres. La forma de ver el mundo y plasmarlo es distinta al ser varón o mujer, no obstante, el fin último, es que ambas miradas se complementen. El cine hecho por mujeres necesita más espacio, más oportunidades. Si eso sucede, la cinematografía mundial se enriquecerá y el diálogo será abierto, directo.

¿Qué mira la Venus? Se mira a sí misma.
​


[1] “Directoras de cine alertan de que la ficción no representa a las mujeres del siglo XXI”
 [en línea]: 25 de octubre del 2015 [fecha de consulta: 12 de enero del 2016] Disponible en: http://www.tiramillas.net/2015/10/26/cine/1445854681.html
​
[2] García, Cecilia. “El cine con mirada femenina” en Revista Crítica. Nº943, marzo 2007, pp. 65-69. Disponible en: http://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/cineconmiradafemenina.pdf

[3] Ruffinelli, Jorge. “Ellas lo hacen mejor (Un cine nuevo: el de mujeres)” en Revista Cinémas d’Amérique latine. Nº22, 2014, pp. 80-89. Disponible en http://cinelatino.revues.org/785

[4] Millán, Márgara. Derivas de un cine en femenino. México: Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades/PUEG/FCPyS/CUEC/M.A.Porrúa, 1991, p.12.

[5] Directoras de cine alertan de que la ficción no representa a las mujeres del siglo XXI”
 [en línea]: 25 de octubre del 2015 [fecha de consulta: 12 de enero del 2016] Disponible en: http://www.tiramillas.net/2015/10/26/cine/1445854681.html
 


Cynthia Fernández Trejo (Ciudad de México, 1991)
Estudió la carrera de Lengua y Literatura Modernas Francesas en la UNAM. Ha sido editora en otras publicaciones digitales culturales como la revista Paradigmas y Cuadrivio. Cursó la especialidad de Guión en Cine y Televisión en el Centro de Capacitación Cinematográfica y se dedica a la escritura audiovisual. Actualmente es becaria del programa Jóvenes Creadores  del FONCA.
@Cyfet_Aurora

Arisbeth Márquez (Ciudad de México, 1990)
Es fotógrafa, egresada de Comunicación Audiovisual de la UCSJ. Ha colaborado en medios digitales como Rock101 y el sindicatodelsonido.com. Actualmente estudia guion en el CCC. Ama a los gatitos.

@ArisbethMarquez
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