Por Rafael Martínez García* La principal particularidad del guión cinematográfico como texto narrativo es que, al tratarse de la herramienta principal para el desarrollo de una producción (de donde parte todo), está diseñado para ser leído de forma específica por los diferentes miembros de un equipo creativo. Es decir, que el guión ofrece al mismo tiempo información especial para el director, para el productor, para el fotógrafo, para el vestuarista, para el decorador y, por supuesto, para los actores. De todos los involucrados en la creación cinematográfica es probablemente el actor quien comparte más con el guionista el tipo de proceso creativo, sólo que a la inversa. Esto obviando un poco al director, quien, por lo menos en nuestro cine, buena parte de las veces es también autor o coautor del guión. Mientras el guionista pasó por el diseño de personajes antes de la escritura y terminó por descifrarlos en la acción, al escribirlos, el actor deberá encontrar en el texto todo lo necesario para hacer su trabajo, apropiarse del personaje, prestarle su cuerpo y voz, y así permitir que cobre vida finalmente en la pantalla. Es por eso que, en esta ocasión, decidimos reunir las voces de cinco destacados actores y actrices de nuestro cine: Armando Espitia, Fernando Álvarez Rebeil, Humberto Busto, Martha Claudia Moreno y Mónica Huarte, para que a partir de su propia experiencia, reflexionen sobre la relación que establecen con el guión en el ejercicio de su profesión, y de paso los guionistas podamos encontrar en sus palabras un punto de vista esencial para la práctica de nuestro oficio, al cual no siempre prestamos toda la atención que merece. Por Gustavo Ambrosio* Odiados, amados, poderosos, panfleteros, superficiales, especialistas... La figura del crítico en México y el mundo, en el arte, pero sobre todo en el cine, causa por un lado un espantoso repudio por parte de los artistas, pero por otro lado es una voz que constantemente es revisada. Con ustedes, la crítica.Es casi un refrán decir que aquél que se dedica a la crítica cinematográfica, o cualquier crítica, es muy en el fondo, un cineasta o artista frustrado que busca compensar su falta de talento escribiendo o evaluando la obra de otros. No dudo que en algunos casos se dé. Lo cierto es que, al artista, y sobre todo al cineasta le gusta que lo vean. Por tanto, la crítica ha representado para miles de cineastas un incómodo amigo, al que detestan, pero que recurren a él, tanto para vanagloria o para azotarse contra la pared. Esa incomodidad ha generado una extraña apatía y rencor contra la figura del crítico entre los cineastas, en algunos casos justificables, como en Stanley Kubrick, quien fuera destrozado por la crítica tras filmar El Resplandor, película que sería reivindicada por una nueva ola de jóvenes críticos en los 90. Cierto es que el crítico siempre es representado como una figura temible y estoica, cabe destacar a Anton Ego en Ratatouille, la crítica teatral de Birdman o la caricaturizada figura de la tabloidera Hedda Hooper, quien era capaz de destruir famas y filmes con sus mordaces textos. Sin embargo, esa postura a la defensiva de la mayoría de los cineastas pasa por alto las contribuciones que ha hecho la crítica seria, no la que da estrellitas o reseñas para empujarte a ver el blockbuster del año. México, sobre todo, tiene una gran historia de la crítica mexicana con nombres que deslumbran. Podemos decir, que la crítica, con las pocas armas teóricas en torno al cine de entonces, nació en el país en 1915 de la mano de Alfonso Reyes y Martín Luis Guzmán, quienes escribían una columna en El sol de Madrid , bajo el seudónimo de “Fósforo”, y donde se entretenían en comentar los argumentos de los seriales (recordemos que muchas de las producciones de entonces eran una especie de series) el acompañamiento musical y hasta el tipo de público que asistía a las funciones. Por Cynthia Fernández Trejo y Arisbeth Márquez En el cine mexicano actual, ¿qué sitio ocupan las mujeres?, ¿se puede hablar de una mirada femenina?, ¿qué tipo de historias nos cuentan, y desde dónde, las cineastas afincadas en este país? Un grupo de destacadas guionistas y realizadoras arrojan luz sobre el tema. Sus opiniones animan un debate que se antoja necesario, urgente.
¿Qué mira la Venus? Cuando logras olvidarte por un instante de la belleza apabullante de esos cuerpos tan bien representados en óleos y mármol, y concentras tu atención sólo en sus ojos, te preguntas, ¿qué miran? Apenas en octubre del año pasado, un grupo de directoras de cine, entre ellas Icaír Bollaín, Chus Gutiérrez y Daniela Féjerman, declararon en una mesa redonda organizada en el marco de la 60ª Semana Internacional de Cine de Valladolid que la ficción no está representando a las mujeres del siglo XXI. Afirmaron que los roles femeninos siguen muy estereotipados y que aún hay “poco cine pensado por mujeres”. En este encuentro aseguraron que en la última década la presencia femenina en el cine sigue siendo poca. Bollaín aseveró que “seguimos siendo pocas directoras, productoras y guionistas”, lo que provoca que haya menos cine pensado por mujeres, menos de esas “historias invisibles” necesarias para no seguir reproduciendo personajes estereotipados en todos sus ámbitos[1]. Más allá de tomar una postura al respecto, dichas opiniones reflejan la pertinencia del tema que ocupa la portada de este número. La discusión acerca del lugar que tiene la mujer en la industria cinematográfico sigue abierta, como si se tratara de un caso sin resolver. En este texto no hay un interés combativo, sino más bien un interés analítico/revisionista. ¿Qué sitio ocupan las mujeres en el cine? ¿Qué posibilidades tienen en el campo? ¿Qué tipo de cine se está haciendo y porqué es importante que mujeres sigan escribiendo y dirigiendo? ¿Qué pasa en estos días con la representación de la mujer en los medios audiovisuales? ¿Por qué existen festivales y asociaciones que velan por los intereses de las mujeres en el cine y la televisión? Con el fin de responder dichas preguntas, platicamos con seis mujeres guionistas reconocidas (algunas de ellas también directoras de cine) en este país: Busi Cortés, Claudia Saint-Luce, Lucía Carreras, Marina Stavenhagen, Paula Markovitch y Silvia Pasternac. Nuestras entrevistadas representan a cuatro generaciones distintas de escritoras y realizadoras, por lo que ha sido interesante constatar puntos de encuentro y de desencuentro en la manera de percibir y analizar algunos de los temas que les propusimos. Por Rafael Martínez García y Carlos Tello de Meneses Seis realizadores y promotores de cine de género analizan el estado de salud de este sector. Coinciden en el diagnóstico: carencia de apoyos para la producción, poca distribución y falta de profesionalización. Hay un nivel óptimo de talento, pero una ausencia preocupante de rigor en las historias. |
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May 2016
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