Por Luis de León Hace varios meses escribí un texto titulado Lo que nadie te dice de cómo escribir guiones, (http://www.plotpoint.mx/peripecias/lo-que-nadie-te-dice-de-como-escribir-un-guion) que plantea unos cuantos aspectos interesantes sobre la práctica de escribir, pero quieran creerlo o no, se necesita mucho más que una simple idea o un buen borrador para llegar a ser un guionista hecho y derecho. Hay más ideas a considerar dentro del oficio que deben tomarse en cuenta y podrían servir para separar a un simple amateur de alguien que realmente esté verdaderamente encaminado a convertirse en un profesional. Eso sí, antes de seguir leyendo quiero que tomen lo siguiente como una simple apreciación personal de lo que debería ser el comportamiento de un profesional ante el oficio. Por nada en el mundo esto es una serie de reglas o pasos que garanticen el éxito como guionista de cualquier persona (mucho menos el mío), pero podría servir para dar luz sobre unos cuantos temas. Digamos que para tomarse el juego en serio, lo primero sería desmitificar unas cuantas ideas y alejarse de este romanticismo que todos creemos forma parte de la vida de un escritor. Es un oficio…¡TRABAJA! Lo primero y principal, es que es un trabajo. Si quieres llegar a vivir de esto tienes que verlo por lo que realmente es: un oficio. Al igual que cualquier otro aburrido trabajo de oficina necesita de horas diarias de productividad si realmente se quiere lograr una meta en específico. Necesitas armar un cronograma de trabajo que no debe estar sujeto a lo que muchos consideran la llegada de “la musa” o “la inspiración” para comenzar a escribir una simple escena o diálogo. Les digo algo, la inspiración está sobrevalorada… sí, todos tenemos nuestros pequeños momentos de genialidad que nos darán el impulso o al menos la energía necesaria para comenzar a darle manos a la obra a nuestro arte, pero estos momentos solo representan una mínima parte de todo el esfuerzo que se requiere para llegar a un producto sólido. Aun cuando parezca en principio forzado y te sientas extraño e inseguro con respecto a muchas situaciones en tu guión, es mucho más fácil lograr un borrador final de algo con base en estar reescribiendo esos pequeños fragmentos que en un principio te parecieron inútiles. Es una filosofía de trabajo mucho más sana para el oficio que estar únicamente esperando que un ser proveniente de la mitología griega nos susurre al oído exactamente lo que necesitamos escribir. Se trata de encontrar la manera de darle forma al asunto, ir poco a poco visualizando el potencial en algunas de tus ideas hasta lograr un resultado que se acerque más o menos a lo que esperábamos. Piénsalo de la siguiente manera: si llevas tu auto al mecanico y este te dice “lo siento...no puedo entregarlo hasta que me llegue la musa para arreglarlo”, ¿qué pensarías realmente de él? Viejo, es tu trabajo, sólo hazlo. Te guste o no, si quieres llegar a hacer algo realmente bueno, te toca hacerlo sin peros por delante. Claro, todavía puedes tener tu pequeña libreta para tomar notas en la calle cuando se te ocurre una premisa interesante de la nada. Es un buen ejercicio después de todo, pero no esperes que llegue el momento “adecuado” para materializar tus ideas. Empieza desde YA a hacerlo y ve trabajando, sobre la marcha te darás cuenta de que de esa forma puedes encontrar todas las soluciones en el camino. Hay otra cosa que quizás sea necesario tomar en cuenta: es muy posible que antes de convertirte en el siguiente Aaron Sorkin tengas que tener un trabajo que por lo menos te permita comer antes de llegar a tener tu primer debut en pantalla grande. Esto posiblemente pueda sonar frustrante pero es una realidad de la que nadie puede escapar. Pero no debes dejar que eso te predisponga, francamente, ¿cuántas horas crees que puede llegar a pasar una persona escribiendo?, Si te lo tomas de verdad como un trabajo quizás sientas que debas pasar ocho horas pegado a tu computadora sacando palabras a diestra y siniestra, pero esto está muy lejos de la realidad. Es decir, si logras escribir sin parar durante esa cantidad de tiempo realmente es que tienes algo bueno en tu ADN que no deberías abandonar. En promedio un guionista profesional podría decirte que sesiones de dos a cuatro horas diarias son más que suficientes para marcar una diferencia. El día tiene veinticuatro horas, dieciséis son tus horas productivas menos las ocho de un trabajo promedio, es tu tiempo, tú decides cómo administrarlo. Por supuesto, hay mucho más que considerar en tu vida, pero como dijo el babuino corredor en Bojack Horseman: “se vuelve más fácil cada día, pero debes hacerlo todos los días, esa es la parte difícil”. Video: https://www.youtube.com/watch?v=R2_Mn-qRKjA Tres meses pueden hacer la diferencia. Ahora, imagina que tienes un amigo con la misma aspiración profesional que tú. Vamos a llamarlo “Luis” y te dice que tiene una genial idea para un guión, ahora, la próxima vez que te lo encuentres te dirá que ha comenzado a escribirlo, ¡muy bien! ¿qué sigue después? Pasan unos seis meses y todavía no lo ha terminado, nada malo, todo el mundo tiene que adaptarse primero a un ritmo propio, recordemos que estamos comenzando así que es muy probable que lleve más tiempo...pero pasa más de un año y dice que todavía no ha logrado dar con la versión definitiva. Quizás, Luis ya vaya por un segundo borrador o por lo menos tendrá el segundo acto desarrollado, lo cierto es que todavía no se siente ni cerca de haber terminado. Ahora, ¿por qué no te propones a ayudarlo? ¿Por qué no te ofreces a darle una lectura y hacer algunas notas de tus impresiones generales?. Bueno, parece que Luis no estará dispuesto a mandarte su guión hasta que sienta que ha dado con una versión definitiva digna de ser compartida. Luis ha cometido el error que cualquier amateur comete, se ha enamorado de una sola idea y no se sentirá cómodo compartiendo su trabajo hasta haber dado con una versión “definitiva” que lamentablemente nunca llegará. Recuerda, un guión es una “guía” que siempre correrá el riesgo de ser modificada incluso en el mismo rodaje y eso no tiene que significar algo malo, pero si nadie lee siquiera tu progreso, ¿cómo sabes que no estás atascado con algo que no vale la pena? Hay que decirlo, posiblemente muchas de tus ideas e incluso borradores iniciales nunca serán filmados. Son tu portafolio de trabajo y muchas veces tu tarjeta de presentación para futuros proyectos con mayores posibilidades de ser producidos, pero no debes pensar que todo lo que escribes necesariamente llegue a ser tu “debut”. Puedes tener muy buenas ideas pero muchas de ellas estarán escondidas en montañas descomunales de mierda...sí, mucha mierda. En todo caso, tampoco es sano pasar tanto tiempo en sólo un borrador. ¿Saben que en Hollywood la mayoría de guionistas profesionales tienen fechas de entrega? Así es, la mayoría solo tiene un promedio de 12 a 16 semanas para entregar el primer borrador de un proyecto para el que son contratado. ¿Es imposible hacer un guión en tres meses? ¡Pues no! De hecho, es el común denominador de una de las industria cinematográficas más grandes del mundo, ¿por qué no intentarlo entonces? Ahora, suponiendo que nadie te ha contratado y simplemente estás escribiendo tu primer guión porque, ¿por qué no intentas ponerte una fecha de entrega a ti mismo? Eso sí, un borrador en tres meses no quiere decir que debas dar por sentado que será un producto incompleto, al contrario, pon todo tu esfuerzo en ese primer borrador. Trabaja en él hasta que te parezca lo suficientemente decente para compartirlo con alguien, pero no te enamores de la idea pensando que ese borrador tendrá que convertirse necesariamente en la versión definitiva. Es muy común que más del 50% de lo que aparece en el primer borrador sea modificado en una infinidad de procesos de reescritura, pero primero, ¿por qué no comienzas a hacer el resto de diligencias con ese primer borrador entonces? Es decir, asegúrate de registrarlo en alguna institución que te de un mínimo de garantía de protección de derechos de autor, y también tienes que darlo a conocer en el gremio. Entra a concursos que ofrecen asesorías personalizadas o incluso algún tipo de financiamiento, programas de ayuda como laboratorios de guión, sesiones de lecturas cruzadas o institutos que sepan cómo orientarte a reescribir futuras versiones del mismo. Busca expertos en el área (hazte amigo de unos cuantos de ser posible) que estén dispuestos a leerte y darte un mínimo de retroalimentación. Ejemplo: http://www.imcine.gob.mx/estimulos-y-apoyos/convocatorias/convocatoria-para-el-programa-de-estimulo-a-creadores-cinematograficos-2017 En pocas palabras, empápate todo lo que puedas de las opiniones ajenas con respecto a tu trabajo. Toma lo que más te guste de todas ellas y por supuesto, asegurate de hacer caso a tu intuición y sentido común para determinar si sigue valiendo la pena después de todo seguir intentándolo con ESE particular guión antes de mostrárselo a algún producto ¿Tu primer guión es un asco? ¿Es un refrito que a nadie le interesa y que ningún productor se muere por leer?, bueno… ¿Qué importa?, Al fin y al cabo lo más importante es que habrás superado el reto de por lo menos haber hecho algo, ¡tienes un borrador! Guárdalo en tu cajón o disco duro de preferencia si sientes que todavía le hace falta madurar. Quizá lo único que necesita es reposar un rato y que hayas adquirido un poco más de experiencia como guionista, mientras tanto, comienza a escribir otra cosa que consideres que pudiera tener un mayor potencial y repite todos los pasos anteriores. Todo en esta vida es experiencia, lo más importante es no desistir y no sentir que has desperdiciado valioso tiempo de tu vida. No te enamores de una sola idea, comparte tu progreso con otros siempre que estén dispuestos a ayudarte a mejorar y sigue trabajando, ya llegará la historia que cambie tu vida, solo continúa. Video: https://www.youtube.com/watch?v=S78RzZr3IwI La academia está sobrevalorada Ahora, probablemente te encuentres viviendo en un sitio donde no exista una licenciatura que por lo menos se acerque a lo que realmente te apasione (suponiendo que eso sea escribir guiones de cine), ¿qué importa? ¡tienes internet! Si tienes un mínimo de dominio del inglés, te darás cuenta de que hay infinidad de material en línea con el que puedes asesorarte. Tienes la posibilidad de descargar PDFs de los más famosos libros de guión, no tienes que gastar mucho dinero para conocer sobre Vogler, McKee, Snyder y Syd Field. Hay numerosos podcasts con conversaciones y clases magistrales de los más grandes guionistas en la actualidad, así como infinidad de video-ensayos en youtube sobre cine. También encontramos blogs de guionistas hablando de su propia experiencia de trabajo y aconsejando a otros cómo pueden hacerse un nombre por igual (mucho de lo hablado aquí viene de esas experiencias personales de otros guionistas que sí han hecho películas como Piratas del Caribe o Big Fish). Pero lo mejor es que puedes leer tantos guiones como te dé la gana. Algunos salen anualmente compartidos por las propias compañías cuando están en temporada de premios (los Oscars en especial), otros los suben los mismos guionistas a sus páginas oficiales, algunos son compartidos con propósitos educativos por universidades o foros en línea, mientras que otros cuantos se filtran sin consentimiento de los realizadores. En fin, tienes acceso a la mejor escuela de todas: ver películas y leer muchos guiones. Además, todo lo que te dirán en las aulas de clase es que no puedes confiar en ningún autor en particular, que no existen reglas ni fórmulas mágicas dentro de la teoría que te harán escribir mejor, y ¡es cierto! Muchos profesionales no sienten particular interés en seguir paso por paso los 12 beats de Snyder o armar la estructura clásica de tres actos con sus respectivos puntos de giro de Field, pero eso no quiere decir que tienes que huir de la teoría. Al contrario, es un recurso del que te puedes alimentar en momentos de necesidad. Investiga y empápate de ella todo lo que puedas gracias a la facilidad que tiene esta generación. Conviértete en un maestro que la domina a la perfección pero que al final, siempre seras tú el que le dará sentido a tu trabajo gracias a tu propia sensibilidad para ver las cosas, experiencia y por supuesto, creatividad. Como bonus, haré una lista compartiendo muchos de los recursos online que pueden comenzar a revisar para tener un conocimiento mucho más amplio del oficio de escribir guiones (todos estan en ingles y hablan en específico de la industria hollywoodense, pero nadie dice que la mayoría de lo que se explica no pueda ser aplicado): The QaA - Podcast de entrevistas realizadas por Jeff Goldsmith a guionistas y realizadores hablando frente a una audiencia en vivo sobre sus más recientes proyectos. John August: Scriptnotes - Podcast semanal con dos guionistas hollywoodenses, Craig Mazin (Hangover I y II) y John August (Big Fish y Frankenweenie), hablando de distintos temas de interés para guionistas. La página también contiene el blog personal de John August. Lessons from screenplay - Espectacular canal de Youtube, quizás el mejor sobre la materia con video-ensayos de guiones de las películas más populares en la actualidad. Wordplayer - Sitio oficial de Terry Rossio, guionista de las películas como Piratas del Caribe y La Máscara del Zorro, con una recopilación de columnas sobre escritura bastante interesante además de sus propios guiones disponibles para leer online. Go into the story - Página oficial del concurso Blacklist (los mejores guiones anuales aun sin producir en L.A.) administrado por Scott Myers. Existe una lista completa de 100 guiones para descargar gratis con permiso de las compañías productoras, encima de una infinidad de entradas de blog educativas y sobre la industria en general. Doug Richardson - Guionista y escritor, conocido por haber trabajado en grandes peliculas de accion en los ochentas como escribiendo para Die Hard 2 y Bad Boys. Sus entradas de blog personal también hablan de los retos del oficio y algunas experiencias personales.
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June 2020
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