Por Luis De León Seguramente por el título pueda que el tema tienda a sonar algo cliché, y quizás un poco inapropiado, pero si estás aquí leyendo esto es porque de alguna forma u otra deseas saber más de cómo se supone que funciona esto de “escribir guiones”. Seguro ya has leído los manuales más famosos, has tenido distintos profesores en la materia y, posiblemente, ya tengas orgullosamente un par de borradores propios. Si es así, bien por ti. Sin embargo, quiero que te tomes tu tiempo para responderte a ti mismo la siguiente pregunta… ¿Cuántos guiones has leído realmente? ¿Cuántos de tus profesores te han incentivado a agarrar unos cuantos guiones y que veas por tu propia cuenta en qué consiste el asunto?. Puede que hayas agarrado uno, sólo como ejemplo o quizás un par por mera curiosidad, ahora digamos que no has leído ninguno. No te preocupes, no es nada para sentirte avergonzado, no es algo que todos hacen, después de todo… Pero considero que debe haber una necesidad de ver lo que otros hacen y ver de qué manera se adapta a lo que realmente te están enseñando, es decir, ¿qué tanto de la teoría se aplica realmente a la práctica? Porque una vez que has leído por tu propia cuenta unos cuantos guiones, comenzarás a ver una y otra vez cómo, dependiendo de la complejidad de la historia, todo lo que posiblemente hacías y te dijeron que estaba mal, no estaba tan mal como creías. Mi teoría de hoy es que, si encuentras la manera correcta de hacerlo, todo aquello que está “mal” puede volverse válido. No existen reglas que no puedan ser rotas, sólo malos tramposos. Pero con “trampa” no me refiero a algo que está propiamente mal, sino a algo que, como escritor, podría beneficiar tu trabajo. No hay necesidad de alarmarse, esto no quiere decir que todo lo que has estudiado haya sido erróneo y mucho menos inútil, existen reglas universales y se supone que para eso aprendes la teoría primero. Pero después, es cuestión de practicar para encontrar la manera de trascender esa misma teoría… ¿Por qué no vemos unos cuantos ejemplos y vamos reflexionando poco a poco? Por ejemplo: Si alguien te pregunta “¿Para qué es un guión?” ¿qué le responderías?... seguramente dirás reiteradamente como ya lo habrás hecho antes: “es donde se encuentra escrita la historia de la película que queremos hacer”. Sin embargo, sin el guión no hay película, eso es obvio para todos nosotros ¿verdad? Así que vayamos un poco más allá de esa obviedad, ¿para qué necesitas realmente un guión en el proceso de preparación de una película? Bueno, en pocas palabras, el guión, más que para conocer una historia, es una herramienta de trabajo para todo el equipo que participa en la película. En principio, nos permitirá identificar todos los elementos necesarios para rodar la película. Bajo esa concepción, el guión deja de tener esa cualidad romántica, deja de ser “la historia” y se vuelve más una pieza primaria de la que sale todo el “plan de trabajo”. De hecho, les guste o no a los guionistas, los únicos lectores a los que debería interesar su trabajo…deberían ser las personas que realizarán la película. La audiencia va al cine para ir a ver una película, es decir, el producto que sale del guión. La mayoría no estaría dispuesta a pagar una entrada para leer el guión, sino sólo para ver el resultado final. Es muy importante recordar esto. “Quizás no ganes jamás un premio a la literatura por un guión, pero es importante que esté bien escrito, que logre ser interesante, atractivo y sea capaz de inducir de emociones al lector”Esta es la fundamental razón por la cual no puedes permitirte escribir cosas tales como: “entonces Raúl miró hacia la ventana pensando en la fragilidad de su propia existencia, fue en ese momento que por fin entendió lo que implicaba ser un mortal”. Terrible, ¿verdad? Primero, los guiones no se escriben en tiempo pasado JAMÁS, y todo el mundo te dirá que ésta no es la forma de hacer un guión. Además, no puedes “desglosar” los pensamientos de un personaje, no puedes mostrarlos ante una cámara, la única forma de que este texto sea correctamente adaptado a un guión seria si dijera: “Raúl mira hacia la venta, pensativo”. Refleja una acción de forma concisa, mediante una redacción muy precisa. Es muy diferente ahora, ¿no? el texto anterior sin ser necesariamente una obra maestra, ahora se convierte en una indicación de utilidad para la producción, porque ahora sabes que necesitas dos elementos para realizar la escena: 1) una ventana y 2) un actor. El actor utilizará del texto la palabra “pensativo” como una indicación que le permitirá inducirle, de forma libre, un estado al personaje, ¿es necesario que le digamos que está pensando en lo frágil de su existencia? Quizás sí o quizás no, lo único que el público tiene que saber es que está mirando la ventana de forma pensativa, no tiene que saber exactamente qué sino cómo lo transmite visualmente, es más sutil, ¿no? PERO ¿aplica siempre?, ¿quiere decir que jamás de los jamases podremos utilizar palabras que no puedan ser visualizadas o interpretadas por un equipo de la producción? Pues, no necesariamente. El guión como muchos “gurús” dirán, es un sistema libre a la modificación, sigue parámetros en cuanto a formato, pero en el fondo… puede ser lo que tú quieres o necesitas que sea. Siempre y cuando, repito, lo hagas de la manera correcta. Ahora, ¿cuál es la manera correcta de romper las reglas? Quizás no haya una forma precisa de responder a esto, pero podrías aprenderlo viendo algunos ejemplos, es decir, leyendo muchos guiones. Vamos con un ejemplo sencillo: En el capítulo piloto de Stranger Things, si leemos el guión partir de la tercera página justo cuando vemos por primera vez a los cuatro niños, se describe la escena tal y como ocurre en la serie: “Cuatro niños de los suburbios jugando Calabozos y Dragones en el sótano de una casa, completamente inmersos en el juego, todos están hablando de forma estridente y ruidosa, es un tanto caótico hasta que… Mira bien, señala que hay de “raro” en el texto… Shit. Así es, la palabra “mierda” está escrita y, encima, está en cursiva. Si ves todo el contexto de la escena, el guionista no nos está indicando que hay una plasta de mierda en medio de la habitación, no, para el propósito de la escena interpretamos lo siguiente: Lucas, uno de los niños y en este contexto el “Dungeon Master”, acaba de sacar la peor pieza en el juego para sus compañeros en esa situación, justamente lo contrario a lo que ellos estaban esperando que él hiciera. Sólo con una palabra, “Mierda”, nosotros como lectores sabemos que el juego se ha tornado en algo muy serio para ellos. Gracias a la reacción de los personajes, ahora, nosotros estamos inmersos en la misma situación que ellos, y entendemos perfectamente el estado emocional en el que se encuentran nuestros protagonistas. Sólo con esta herramienta hemos logrado visualizar, y al mismo tiempo sentir toda la tensión dramática dentro de esa atmósfera… con una pequeña palabra en cursivas. Bastante genial, ¿no? Ahora, vamos con otro caso… ¿Qué hay de la forma en la que presentas información? ¿Cómo creas y transmites verdaderos estados de ansiedad e incertidumbre en un papel? Bueno, presentas la información tal y como crees que la audiencia lo percibiría. Omites detalles sin dejar de describir de forma visual, evita que el lector se pierda en el contexto de la escena, pero intenta perderlo sólo un poquito. ¿Confundido? Mira la página 35 del guión de El Abrazo de la Serpiente. Mira cómo, a través de una situación compleja (y sin revelar muchos detalles), se puede crear tensión dramática que puede ser fácilmente entendida por el lector: Lo mejor de este ejemplo, es que en ningún momento se ha descrito ningún valor de un plano. De hecho, son pocas las veces que un guionista puede permitirse ser tan visual, no puedes decir: “primer plano (o close-up) de Manduca decidido a disparar” o, escondiéndolo un poquito: “sólo vemos su rostro en la cámara”. Claro, a menos que seas la persona que va dirigir la escena. Sin embargo, la manera en la que está planteada en este guión es clara, pero también un tanto ambigua, lo que hace que no se interprete de manera completamente visual. Si leemos: Manduca duda todavía... Se decide. Cierra los ojos. Dispara. Silencio. “¿¡A dónde disparó!?” nos decimos inmediatamente como lectores y justo ahí hemos dado con toda la intencionalidad de la escena, sabemos cuál es la emoción exacta que deben sentir los espectadores cuando vean la película. Así, también, es como la debe plantear el director, pero aquí en el papel jamás sentimos que se haya inmiscuido con la propuesta visual. El escritor sólo ha sugerido a qué elementos prestar atención (u omitir) al momento de rodar. Aunque en este caso, Ciro Guerra, es el guionista y al mismo tiempo el director, jamás se permitió así mismo describir un plano dentro del guión, aun sabiendo que él era quien lo iba dirigir (o quizás no, uno nunca sabe del todo esos detalles). Eso es una característica, creo yo, de un buen guionista. Existen muchos otros ejemplos guionistas que pueden plantear propuestas visuales sin necesariamente hacer una descripción seca. Otro ejemplo, son las libertades un tanto poéticas que se tomaron en “El secreto de sus ojos”. Este es otro caso en el que el director también participó en la escritura del guión, pero jamás se planteó inicialmente una descripción del valor de los planos o los movimientos de la cámara. Incluso, podría considerarse un texto un tanto poético con algunos elementos de la propuesta final. Vemos detalles que, claramente, son indicaciones del director, como cuando dice “NUNCA LE VEMOS A CARA”, y al final “en la dist…”, posiblemente marcando lo abrupto que será corte que da a la siguiente escena. Es un buen ejemplo de escritura que gira sólo en torno a la descripción de la acción que se liga con una clara libertad creativa por parte de un guionista/director. Ahora otra pregunta, ¿se fijaron que todo el texto está escrito en cursiva? ¿Por qué creen que fue escrito de esta forma? Bueno, el mismo guión lo revela al principio: Bastante útil, facilita mucho la lectura para diferenciar las escenas en términos espacio-temporales, al ser una historia que constantemente está saltando del pasado al presente y viceversa. Este tipo de notas no parecen tener nada de malo, sino que más bien enriquecen y simplifican el texto. ¿Qué otros ejemplos podríamos encontrar en términos de formato?... ¿Qué tal cuando queremos mostrar directamente un texto en la pantalla, algo que sea muy específico? Como, no sé…quizás poner otro tipo de letra para hacer contraste y resaltar las “A” de un texto salido de una máquina de escribir defectuosa. Sí, esta escena también pertenece a ““El secreto de sus ojos””, es un lindo detalle de parte del guionista que le agrega mucha personalidad al texto ¿no? pero, ¿qué otras tipografías pueden usarse para indicar un texto que el espectador verá en pantalla? Respuesta: La que tú quieras. Los guiones siempre utilizan una tipografía estándar y normas en los márgenes específicos, pero no existen reglas que nos impidan aprovechar otras tipografías para señalar cosas que están “fuera” del texto, como un aviso en la calle: Esto es parte de la primera página de Nightcrawler. Que, a propósito, en esta misma página se encuentra una descripción del personaje principal para nada convencional. En vez de revelarnos directamente su aspecto físico y hacer énfasis sólo en sus acciones, también revela cualidades psicológicas muy profundas. Esto podría ser considerado “erróneo”, pero al estar resumido en tan poco texto puede resultar más bien útil para que el lector entienda aspectos básicos, y anticipar las decisiones que el protagonista tomará en el transcurso de la historia. “Id” es un término de la psicología freudiana para referirse a una categoría de la personalidad y de la mente humana que simplemente se deja llevar por sus impulsos y necesidades primarias, carente de una concepción o un principio moral. Nosotros, al saber esto del texto, conocemos una parte fundamental de la personalidad de Lou, así como también conocemos su principal motivación como personaje cuando el texto hace referencia a estar “conducido por los signos de un billete de dólar…”. Entonces, ¿ven cómo se puede describir el estado emocional de un personaje siendo también inteligente y entretenido? Shane Black es un maestro en utilizar palabras que dotan de personalidad al texto, van de acuerdo al tono de la historia, y encima resultan ser bastante divertidas a la hora de leer. En Kiss Kiss Bang Bang, por ejemplo: “Walk of Shame” es un término coloquial para referirse a una mujer que cometió el error de acostarse con un hombre que no le conviene. Mientras “Sorry, Sport” es casi una afirmación en primera persona del guionista dirigiéndose al personaje, como si estuviera rompiendo la cuarta pared. A pesar de que no veremos esto reflejado en la pantalla, dentro del guión sirve para ilustrar mejor el tono de la escena. Va también muy acorde al tipo de historia que se está contando. Ahora, ¿qué tal si queremos hacer un “gag” completamente visual? Algo como un dibujo a mano hecho por un personaje. Nuevamente, el mismo guión de Kiss Kiss Bang Bang, en la página 55, en medio de una importante conversación que básicamente sirve para revelarnos información necesaria para entender la trama, el guionista irrumpe parte de la seriedad y nos distrae de este clásico ejemplo de “exposición”, haciendo lo siguiente: En resumen, viendo todo esto, te darás cuenta de que las cosas no siempre son como las pintan los profesores y los manuales de texto. De hecho, todos los manuales de guión te dirán que no hay una forma “correcta” de hacer las cosas, sólo una manera que puede adaptarse a TU PROPIA forma de trabajar. ¿Usar estos recursos es hacer “trampa”? Esto es debatible porque, aunque veas el guión como una herramienta de trabajo dirigido a un mercado de personas no masivo, es necesario considerar que de igual forma debe ser una lectura entretenida en un principio. Quizás no ganes jamás un premio a la literatura por un guión, pero es importante que esté bien escrito, que logre ser interesante, atractivo y sea capaz de inducir de emociones al lector. No necesariamente hay que ver a esos lectores como “productores” o “directores”, sino como personas, sólo de esa forma sabrás si realmente es una historia que vale la pena ser hecha una película (o serie). Ahora que ya has visto estos ejemplos, ¿no te da curiosidad ver qué otras cosas has pasado por alto en tu educación como guionista? Pues adelante, todos tenemos un largo camino por explorar, pero quizás sólo hay una forma de aprender a escribir…y esa, es leer.
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June 2020
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