Por Claudia González Las películas de El Enmascarado de Plata, que regresará a la pantalla grande de la mano de Alex de la Iglesia, han alcanzado, para algunos, la categoría de cine de culto. Estos trazos nos recuerdan que, a pesar de tan vasta filmografía, el más famoso de los luchadores de México –quizá– filmó siempre la misma película. Y recuerden esto, el enemigo puede estar en cualquier persona, incluso entre ustedes mismos. SANTO, EL ENMASCARADO DE PLATA Cuando los luchadores mexicanos entraron en la pantalla grande no sólo fascinaron a la audiencia con sus llaves y sus peleas, sino además desplazaron, poco a poco, al cine de oro. El cine de luchadores marcó una etapa importante dentro de la cinematografía mexicana, supo ocupar el lugar que habían dejado íconos populares como lo fueron Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Aguilar, Sara García, entre muchos más. Santo, El Enmascarado de Plata, llegó al cine a final de los años 50 proveniente del deporte de la lucha libre. Poco tiempo antes, a principio de esa década, Santo aparece en una historieta firmada por José González Cruz, argumentista y fundador del fotomontaje en la historieta, además de ser autor de guiones para Juan Orol como Amor Salvaje (1949) y Qué Idiotas Son Los Hombres (1950). Los comics del Santo invadieron los puestos de revistas en todo el país, su tiraje fue en aumento, hasta llegar a más de un millón de ejemplares por semana. En cada una de sus películas, Santo se muestra como el salvador, como la única persona que puede proteger a todo aquel que lo necesite, sin importar el peligro que ello represente y mucho menos contra quién se enfrente. Para él no existen imposibles, todo se puede resolver gracias a su fuerza física e inteligencia.
En sus primeras cintas, como Santo contra el Cerebro del Mal (1958), dirigida por Joselito Rodríguez, Santo contra los zombies (1961), dirigida por Benito Alazraki, Santo contra las Mujeres Vampiro (1962), dirigida por Alfonso Corona Blake, entre otras, se puede ver al héroe en su atuendo de luchador: mallas, botas, capa y su inconfundible máscara. Poco a poco, y filme tras filme, la apariencia del personaje evoluciona en cuanto a su vestimenta y se dejan atrás las mallas que además nos permitían ver al descubierto el pecho abrillantado del luchador. Ya en películas como Santo contra la Mafia del Vicio (1970), de Federico Curiel, o Santo contra los Jinetes del Terror (1970) tenemos a un Santo que cambia la capa por los blazers y camisas y luciendo pantalones de vestir; pero lo que nunca veremos es su rostro que, en todo momento, estará cubierto por la máscara, que sólo permite distinguir sus ojos y unos labios gruesos. Una constante en sus películas (además de siempre salir triunfante de cualquier peligro y acabar con los malos) es su gusto por las mujeres. Ya sea que lo asedien, como parte de una estrategia o por puro gusto, Santo siempre tendrá mujeres hermosas a su alrededor. A lo largo de su cinematografía participó a lado de bellas y reconocidas actrices, como Lorena Velázquez, Ofelia Montesco, Meche Carreño, entre muchas más. El Santo se convierte entonces en un sex symbol, es un James Bond a la mexicana.
En la cinta Operación 67 (1966), de Rene Cardona y Rene Cardona Jr, existen alusiones muy claras al personaje ingles. La Interpol y la policía buscan a Santo para que colabore con ellos, las mujeres que lo acompañan son hermosas y se deja entrever que tienen una relación, además del auto deportivo muy carecterístico de James Bond. A pesar de que el Santo estuvo acompañado por otros luchadores en diversas películas, ninguno de ellos alcanzó la misma popularidad dentro del cine de luchadores, siendo el Enmascarado de Plata el máximo exponente. Todas las historias del Santo parten de la misma premisa: el luchador que busca la justicia y terminar con el peligro. Entonces nuestro héroe responde al llamado de quien lo necesite y no hay mal que no pueda derrotar. Lo que cambia, son los personajes secundarios, los antagonistas, la época, la ciudad o país, pero la esencia del héroe, de la lucha del bien contra el mal nunca cambian. En el siguiente video, del año 2004, podemos ver un montaje realizado a partir de fragmentos de 18 de sus películas donde se logra contar una historia, respetando la premisa que se siguió en sus películas. Entendemos que lo que hace interesante estas cintas es la posibilidad de contar una nueva historia usando la misma estructura. Con un héroe como el Santo podríamos tener una filmografía inagotable, con posibilidades infinitas de nuevas aventuras que vivir, mujeres que conquistar y villanos que derrotar.
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June 2020
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