Por Carlos Tello de Meneses ¿Las escenas de acción reflejan el carácter de un personaje? ¿Detienen la trama? ¿El guionista, con pulso milimétrico, debe diseñarlas en el papel? El siguiente texto responde a esas interrogantes. Y establece, de manera didáctica, mediante una serie de apuntes, su función dramática.“For me, great action scenes are the most dynamic form of cinema”. SCOTT ADKINS, ACTOR Y ARTISTA MARCIAL Cada vez que alguien dice que deja de prestar atención cuando empieza una escena de acción me siento desilusionado. No del espectador que escoge estas escenas en particular como el momento adecuado para ir al baño, abrazar a su cita o concentrarse en sus palomitas. Me siento desilusionado porque, en un 90% de los casos, el espectador ha escogido el momento adecuado. Y no porque los actores, los dobles de riesgo, los coreógrafos y el resto del crew involucrado no hayan hecho su trabajo. Probablemente lo hicieron, y lo hicieron bien. No, cuando una escena de acción falla (y fallan mucho) es culpa de dos: del guionista y del director. ¿Por qué de ellos y no de otros? Simple: porque una escena de acción es, antes que cualquier otra cosa, una escena. Y como cualquier otra escena tiene una función primordial: ser parte del diseño dramático/narrativo de la película. Si una escena no cumple con esto está de sobra. Por lo tanto el diseñar una buena escena de acción nace desde el guión. ¿Cómo se escribe una buena escena de acción? De la misma manera que cualquier otra escena, teniendo en cuenta dos factores principales: su inevitabilidad y su indispensabilidad. Idealmente la película deja de funcionar sin ella. John Truby decía que durante una escena de acción la trama se detiene porque a nivel argumental no se avanza hasta que se sepa un ganador. No concuerdo con él. Una buena escena de acción lo que hace en realidad es poner bajo un microscopio a los personajes en uno de los momentos más primarios del ser humano: el conflicto físico. Tal vez para muchos este tipo de conflicto carezca de interés, sin embargo, bajo las manos apropiadas, es un momento revelador para la audiencia sobre la naturaleza de los personajes. Si un diálogo o un soliloquio son maneras de develar quiénes son los personajes, incluso cuando mienten, su forma de pelear es incluso más enfática e inapelable. La forma en que uno pelea está ligada a quiénes somos en realidad. Para todos aquellos que hayan entrenado algún arte marcial en su vida saben a qué me refiero. Desde cómo uno golpea hasta cómo uno recibe un golpe. Las posiciones, la respiración, las miradas. Todos estos elementos son ventanas al alma que bajo la presión del combate pierden toda vaguedad. Esta es la materia prima de la escena de acción.
El guionista debe tener en mente todos estos aspectos a la hora de diseñar una escena de acción. Se debe cuestionar a sí mismo no sólo el por qué están peleando los personajes, se debe cuestionar el lugar, el tiempo y las condiciones de esta pelea. Se debe deliberar la forma en que pelean y las consecuencia físicas y psicológicas de este combate. Si el conflicto de esta escena se puede resolver sin el uso de la violencia entonces puede ser fortuita e innecesaria. La violencia es una herramienta, una de las más básicas y primitivas que tiene el ser humano a su disposición y que ha perfeccionado por cientos de miles de años. El guionista debe familiarizarse con esta herramienta para poder descubrir sus diferentes tipos y rasgos. El reducir la violencia a un solo rasgo de carácter simplifica al personaje y como cualquier otro elemento de la narración hay que comprenderlo más a fondo. No es lo mismo que el personaje pelee con alguien para obtener algo que por venganza o para enseñarle una lección. El cómo pelea en estas situaciones dependerá de su estado emocional y de su naturaleza. Si pelea igual cada vez, a la audiencia le dará igual si la pelea está al comienzo de la historia que al final. Las escenas de acción deben progresar dramáticamente conforme avanza la historia ya que son paralelas al desarrollo del arco del personaje. Por poner un ejemplo básico y trillado: si la historia empieza con un artista marcial novato y termina con él mismo siendo un gran maestro de su arte, ¿peleará igual que al principio? Por eso es que una buena escena de acción es, antes que nada, una buena escena. En ellas se ven claramente los personajes, salen a relucir sus conflictos, ideales y debilidades. Son conversaciones de violencia, de brutalidad, en donde la vida, el honor o incluso el mundo están en juego. Si el guionista las desatiende o les resta importancia está dejando huecos en la historia, partes flojas que le dan excusas a su audiencia para distraerse. Entonces no sorprende que aquellas grandes escenas de acción son imposibles de ignorar.
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June 2020
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