Por Pablo Duarte Un hombre encuentra alivio, para su asfixiante vida como ejecutivo de atención telefónica, en las meditaciones filosóficas de un emperador romano. Un “Cuento en Formato de Guión" que recuerda a los relatos de Raymond Carver, en los que las situaciones más ordinarias adquieren tintes de extraordinario. 1. INT. BAÑO MODESTO DE UN DEPARTAMENTO - DÍA El OFICINISTA, adulto a medio camino entre la depresión y el autoengaño, está sentado en el retrete. Intenta sin éxito alcanzar su teléfono celular que descansa sobre el toallero. Por razones obvias no se puede levantar para alcanzarlo. El toallero tiene dos toallas de colores distintos, muy maltratadas. Se esfuerza durante un rato largo. No lo logra. EL OFICINISTA (V.O.) Marco Aurelo era una fiesta. “Al despuntar la aurora”, decía “hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable.” Marco Aurelio es mi guía interior. FADE A NEGRO 2. OSCURIDAD Se escucha que el oficinista jala la palanca del retrete. Luego que abre la llave del lavabo. FADE IN: 3. INT. BAÑO MODESTO DE UN DEPARTAMENTO - MOMENTOS DESPUÉS El oficinista mira directo a la cámara. No se bañó, sólo se lavó la cara. Los ojos rojos. Usa una corbata rosa pálido. El cuello de la camisa está arrugado. El arreglo es desprolijo sin afectaciones cool: es un desgarbado. EL OFICINISTA Buenos días, en qué puedo servirle… (Repite cada vez con una voz algo distinta) Buenos días, en qué puedo ayudarle Buenas, a su servicio (Hace una mueca) Sí diga, a sus órdenes. 4. SECUENCIA DE MONTAJE -Toma el llavero. -Cierra la puerta. -Suenan tres chapas. TERMINA MONTAJE 5. EXT. ESQUINA ENTRE DOS AVENIDAS MENORES - DÍA El oficinista, de espaldas, espera el pesero. Trae audífonos en los oídos. La mochila que carga es pequeña. Junto al oficinista hay seis personas, todas de espaldas y todas vestidas con el atuendo de los oficinistas (dos mujeres en traje sastre y tres tipos con pantalón de vestir) EL OFICINISTA. (V.O) No tengo problema con ser el insociable. Ni el mentiroso, en todo caso. Gordo cara de ingrato. Y la de al lado, insolentota. Marco Aurelio siempre tiene razón. 6. INT. UN PESERO DE LOS QUE PARECEN CARTÓN DE LECHE - CONTINUO Va lleno. Pasaje variado. El interior del pesero no es nada especial: alguna estampa arriba de las ventanas, alguna de las ventanas está estrellada. El oficinista toma con una mano el tubo, con la otra manipula su teléfono. Los demás pasajeros hablan en distintos volúmenes de voz. UNA MUJER (O.S) (Interrumpiendo a otra) Nooo, déjese de eso: la comezón que da. UN HOMBRE (O.S) Te lo juro, es de paso… Ese de allá… OTRA MUJER AL TELÉFONO (O.S) Si, sigo esperando, señorita. LA PRIMERA MUJER (O.S) (Interrumpiendo) Sí, la comezón que da. Hasta se sangraba los bracitos… UN JOVEN (O.S) Es que soy el único que habla de su pasado Se levanta el PASAJERO 1 pegado a la ventana en el asiento más cercano al oficinista. Se levanta el PASAJERO 2 pegado al pasillo, empuja al oficinista. El oficinista no se inmuta. Se contorsiona para dejarlo pasar. Es bastante torpe. Una vez que sale el PASAJERO 1 y queda libre su espacio, el oficinista levanta la vista. EL OFICINISTA ¿Me da permiso? El PASAJERO 2, sentado, gira las rodillas hacia afuera. El oficinista tiene que volver a contorsionarse para entrar. Su torpeza hace que se pegue en una rodilla. Está sentado en el asiento arriba de la llanta. Tiene las rodillas pegadas al pecho. La mochila encima de ellos. EL OFICINISTA (V.O.) Marco Aurelio es mi pastor y tiene cara de Richard Harris. “Esto es todo lo que soy: un poco de carne, un breve hálito vital, y el guía interior.” A mi guía interior lo mató su hijo, Joaquín Phoenix. FUNDE A NEGRO 7. OSCURIDAD Se escucha el timbre del pesero. Luego se escucha el frenado con motor. 8. EXT. CALLE PEQUEÑA - MOMENTOS DESPUES El oficinista camina por la acera. Sigue con audífonos en los oídos. La colonia es popular. En la puerta de madera de una casa a medio construir hay una cartulina fosforecente donde se lee: “SE PONEN INYECCIONES. SÍ HAY QUESO COTIJA”. El oficinista sonríe cuando la ve. Se acerca a una puerta. Toca un timbre. Se escucha el sonido de una chapa de seguridad eléctrica. EL OFICINISTA (V.O) ¡Soy yo! La puerta se abre y se cierra con escándalo metálico. EL OFICINISTA (V.O) ¡Ya! 9. INT. HILERA DE CUBÍCULOS VIEJOS - CONTINUO El oficinista está de espaldas, sentado en su cubículo. Junto a él dos más. Todo el mobiliario está como diez años atrás de la moda oficinista. Polvoso y alfombrado. Se escuchan conversaciones en voz baja. De pronto algún tecleo. El oficinista trae puesta una diadema de telefonista. Parece que está atendiendo una llamada. EL OFICINISTA (V.O) Antes de que fuera emperador, Marco Aurelio era burócrata. Hasta se quejaba de todas las cartas que tenía que dictar. Lo leí en Wikipedia. 10. INT: UNA HILERA DE CUBÍCULOS VIEJOS - MOMENTOS DESPUES El oficinistra está de espaldas en el mismo sitio que antes. Junto a él, uno de los cubículos está vacío. EL OFICINISTA ¿Me puede repetir su número de cliente, por favor Sr. Meneses?… Teclea. EL OFICINISTA (CONT’D) Le pido que me permita por favor un momento en lo que reviso la información de su cuenta… Muchas gracias… Teclea. Mira la pantalla. EL OFICINISTA (CONT’D) Sigo atendiéndolo, señor Menseses- CORTE A: 11. INT: UNA HILERA DE CUBÍCULOS VIEJOS - MOMENTOS DESPUÉS El oficinistra está de espaldas en el mismo sitio que antes. Sus vecinos de cubículo están de nuevo en su lugar. EL OFICINISTA. (V.O.) “Carácter sombrío, carácter mujeril, carácter terco, feroz, brutal, pueril, indolente, falso, bufón, traficante, tiránico”. Yo también, Marco Aurelio. DISUELVE A: 12. INT: UNA HILERA DE CUBÍCULOS VIEJOS - NOCHE. Los cubículos están vacíos. Las computadoras apagadas. En el escritorio del oficinista está su teléfono. Se le olvidó. Regresa apurado a recogerlo. Sale. 13. EXT. UNA CALLE PEQUEÑA - NOCHE El oficinista trae audífonos en los oídos. La calle está mal iluminada. EL OFICINISTA Ya sé qué me voy a tatuar. “Todo es efímero: el recuerdo y el objeto recordado.” En la espalda yo creo. Sigue caminando. En la acera de enfrente está la casa con el letrero fosforescente: “SE PONEN INYECCIONES. SÍ HAY QUESO COTIJA” El oficinista lo busca. Lo lee. Sonríe. CORTE A NEGRO
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May 2016
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