Por Cynthia Fernández Trejo Guarda este texto para cuando hayas escrito tu historia. Escribe sin preocuparte demasiado por lo que se dice aquí o en cualquier otro texto impreso o digital que hable sobre la construcción de personajes, o sobre cualquier otro tema referente a la escritura de guiones. Sigue tus intuiciones y escribe. Por experiencia propia puedo decirte que no hay mejor escuela que la práctica. Regresa aquí cuando tengas una o más historias escritas y sientas que hay algo que no funciona del todo con esos seres que habitan tus ficciones. Hay muchas cosas escritas sobre teoría de personajes, la manera de analizarlos y de crearlos. Aquí nos vamos a saltar muchos pasos y consejos que suelen sugerirse. Las siguientes notas son un breve condensado de ideas que me han llegado de textos, talleres, cursos y del oficio mismo de escribir. 1. Es normal, y hasta sano, que a las primeras de cambio tus personajes tengan algo de cliché, que caigan en estereotipos y arquetipos. Los lugares comunes son útiles como puntos de partida (y aburridos como puntos de llegada). Lo importante de esto, y lo que realmente va a hacer la diferencia, es tener la capacidad y sensibilidad para detectarlo. Y entonces, atacarlo, darle la vuelta. 2. Es importante conocer a los personajes. Los problemas de muchas historias vienen de un desconocimiento por parte del autor de sus personajes, lo cual en realidad no es otra cosa sino un indicativo de una falta de trabajo en el análisis y construcción del personaje. Muchas veces tenemos una premisa, una historia, que nos da vueltas en la cabeza por días o semanas, todo está aparentemente ahí y queremos comenzar cuanto antes a escribir. Sin embargo, hay que ser cautelosos. Está bien comenzar, tratar de vomitar en las páginas todo lo que sabemos de los personajes y lo que queremos que suceda con ellos. Pero no hay que perder de vista que justamente se trata de eso, de un esbozo, de una primera pincelada. No hay que casarse con esas primeras ideas. Debemos tomar distancia, darnos uno o dos días antes de regresar al escrito. En pocas palabras, debemos volvernos atentos observadores y fuertes críticos de nuestro propio trabajo, sobre todo durante los primeros borradores y tratamientos. 3. Un remedio para atacar el cliché es dominarlo. En la medida en la que lo estudiemos y comprendamos podremos saber cómo darle la vuelta. Los clichés son concentrados de información "prefabricados". Lo mejor es “desarmar” dichos concentrados, observar sus partes y alterarlas. Si sientes que uno de tus personajes es estereotípico, haz una lista de todas sus características, de todo su contexto. Observa la lista, detecta los clichés y trata de pensar en sus posibles contrapartes, lo diametralmente opuesto. Intenta encontrar una paradoja para cada elemento. Eso además te permitirá que el conflicto del personaje emerja, porque las contradicciones son naturalmente conflictos potenciales que podrás aprovechar en la historia que estás desarrollando. Un personaje con contradicciones internas y/o externas es además un personaje impredecible, con múltiples aristas que alimentan el juego dramático. Es lo que muchos llaman un "personaje complejo". 4. El proceso de creación del personaje consiste en ir particularizando. Partimos de lo general y poco a poco nos vamos al detalle. En ese sentido, es importante hacer un trabajo de tinta y papel muy especial que permita desplegar todo el contexto del personaje… Hurgar en su pasado, en su presente, en cada detalle de su rutina, de sus relaciones, de sus emociones. Es importante tener todo el contexto del personaje, llenar cada uno de los huecos. Hacer una lista puede ser bastante útil. Evidentemente, este desplegado tiene que ser posteriormente recondesando para que pueda caber en noventa y tantas páginas de guión. Sin embargo, cada detalle debe vivir en la mente del autor durante el proceso de escritura. Porque cada acción del personaje, debe (o debería) de tener una justificación interna, lógica y coherente, de tal suerte que cada acción del personaje pueda decirnos más sobre él de lo que el personaje mismo podría decirnos sobre sí, que las verdaderas emociones y sentimientos salgan a flote de manera orgánica sin que sean forzados por el autor. Algunos detalles harán parte del guión, otros no. No obstante, recordemos que los personajes más interesantes y originales son aquellos que están más particularizados, aquellos en los que el autor ha cuidado cada detalle de la filigrana. 5. Continuando con la idea anterior, es importante también revisar la manera en la que habla nuestro personaje. Trabajar la especificidad del habla del personaje es parte de su particularización. Escribir secuencias dialogadas que tengan o no que ver con la historia es un buen ejercicio para poder empezar a escuchar hablar al personaje. Trata de poner al personaje en situaciones cotidianas y hacerlo hablar. Recuerda que el diálogo traiciona, el personaje no es siempre lo que dice, y muchas veces se contradice con lo que hace, y aún más con lo que otros personajes dicen sobre él. A veces cuenta más el "cómo" se dice que el “qué". Toma en cuenta esto al momento de hacer tus escenas que además podrían ayudarte a explorar y experimentar mejor el carácter del personaje, indagar en su visión del mundo. 6. Y es que todo se resume a que cada personaje es un punto de vista, una visión del mundo. Un personaje puede tener ideas particulares sobre diferentes aspectos y conceptos universales: el amor, el erotismo, la sociedad, la amistad, el matrimonio, etc. Esto es lo que verdaderamente puede llegar a hacer que un personaje sea único y se distinga de otros personajes existentes dentro o fuera de la misma ficción. Según la visión del mundo del personaje, éste actuará de una manera específica, única, frente a situaciones comunes (o no tan comunes), frente al conflicto. Al final del día, en una historia, la rutina de los personajes es alterada, los personajes tienen un objetivo que en general avanza hacia el restablecimiento de esa rutina y que sólo puede ser alcanzado a través de una estrategia armada de acuerdo a la visión del mundo de cada personaje. Por lo tanto, no existe una estrategia, sino un número X de éstas, directamente proporcional al número de personajes. La única manera de poder conocer su visión es atendiendo a todos los elementos que se han mencionado en los puntos anteriores. Por lo tanto, y ya para concluir con este humilde breviario, conoce a tus personajes, date el tiempo de pensarlos, analizarlos, escucharlos, sentirlos. Muchas veces obviamos la construcción de personajes, como si ésta viniera intrínseca en la premisa que queremos desarrollar. A veces, por pasar rápido a la escritura de la historia, por el famoso deadline del que todos hemos sido víctimas, o por la apatía de hacer un trabajo que a primera vista se figura poco productivo, dejamos este proceso de lado. Tampoco se trata de pasar mil horas sentados haciendo el diseño de personajes, sin embargo, bien vale la pena dedicar una libreta a ideas, escenas, diálogos, listas y demás cosas sobre el personaje que más adelante permitan que tu historia sea sólida. Recuerda que los personajes son como extraños que nos acaban de ser presentados, para conocerlos hay que darles su tiempo y espacio en nuestras vidas.
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May 2021
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