Por Busi Cortés En busca de la época doradaLa época de oro del cine mexicano está rodeada de mitos, que no sólo surgen de las grandes estrellas del momento, los brillos de los fotógrafos y el oro invertido por los productores norteamericanos, sino principalmente por la riqueza y diversidad de los guionistas. Ellos dieron pie, sin imaginarlo, a miles de historias que se siguen reproduciendo en las telenovelas de hoy en día. Los guiones se vendían independientemente de los directores. En años posteriores, las historias cayeron en la repetición y el melodrama moralista. Esta tendencia se revierte en los 60s, con los Concursos de cine experimental y, a imitación del cine europeo, surge el Cine de autor, en el que los realizadores son los escritores de sus historias. A partir de 1990, los nuevos mecanismos de financiamiento han propiciado que los guionistas, aporten su trabajo convirtiéndose en coproductores o partícipes de la producción, para lograr la realización de la película. Incluso IMCINE ha permitido en los últimos años que los guionistas sean los directores de sus propios cortos. Tal ha sido el caso de Alejandro Lubezki, Carlos Cuarón y Guillermo Arriaga, quienes se han convertido en realizadores de largometraje. Cuando fui invitada por el FONCA, como tutora, se me ofrecía la oportunidad de volver a aquella época en que lo que se buscaba eran guionistas, ajenos a la realización. De hecho, eso fue uno de mis criterios para la selección de candidatos. Del primer grupo, de los 5 que quedaron en mi grupo, 3 eran autores y escritores, sólo 2 eran realizadores. El riesgo de esta apuesta era que los guiones se quedaran en un escritorio, porque los directores de hoy en día, difícilmente respetamos las ideas originales de otros. Lo que ha ido pasando en este proceso de un año de trabajo, es que los autores se han enamorado de sus historias y buscan dirigirlas. Ya sea que las películas se produzcan o no, de alguna manera yo sí he cumplido con una de mis metas: lograr un quinteto de guiones ricos y diversos. ¿INTUICIÓN VS OFICIO? La manera como se configuraron los dos grupos de creadores en la rama de guión fue azarosa, en el mayor de los casos el seleccionador no se queda con los proyectos afines, sino que justamente termina trabajando con aquellos autores a quienes menos conoce. Es una especie de cita de amor a ciegas. En otras selecciones, ajenas al FONCA, me lleno de desasosiego: los guionistas jóvenes escriben historias del narco o “comedias románticas”, para Meg Ryan o Mauricio Garcés, ubicadas en Santa Fe, D.F. Definitivamente, el programa de Jóvenes Creadores es un oasis en medio de este panorama. Realmente fue un orgullo presentar esos seis guiones, que ofrecían un abanico de posibilidades para representar un cine plausible y digno. Una vez conformado este grupo, a diferencia de la generación anterior, sí había un común denominador: los guionistas fueron seleccionados por su intuición, no tanto por su oficio. En el 2º encuentro del grupo 2010, ya teníamos un primer tratamiento de todos y en dos casos hasta un segundo tratamiento. Yo estaba frente a cuatro guionistas. Ahora no. Son otros tiempos sin lugar a dudas. También en este segundo año de experiencia, encontré que los guiones se podían clasificar en dos tipos: guiones de filmación o terquedad y guiones cinematográficos. Esto no tiene que ver con la dedicación ni la calidad de la historia, pero sí con el proceso de elaboración. Finalmente, ganó la terquedad y ninguno de los 6 proyectos se filmó. La falta de oficio venció a la intuición. LA PRIMERA VEZ Ha sido fascinante para mí ir conociendo los rumbos de cada uno de los jóvenes creadores en su rito de iniciación. En el 2013 me encontré con becarios que se enfrentaban solos por primera vez a la escritura de un largometraje. Esto implicaba muchos riesgos, como en cualquier acto de amor. Sin embargo, en este caso me enfrentó con dos becarios que llevaron a la pantalla sus proyectos, Raúl Quintanilla en su tesis del CCC y María Torres que está a punto de filmar su primer largometraje. Platicando con ellos me preguntaban como cuántos guiones de largo se escribirán en México en un año. Guiones: muchos, si se suman Óperas primas de escuelas e independientes novatos, IMCINE, FOPROCINE (Fondo de Producción al cine de calidad), EFICINE (Estímulo fiscal para cine), FIDECINE (Fideicomiso de apoyo al cine) y por supuesto Jóvenes creadores. Yo le calculo unos 2,000 al año. Pero, ¿buenos guiones? Tal vez sólo 20. Y deseo tener la certeza de que entre estos se encuentran los proyectos de esta generación. En cambio, la mayoría de las películas mexicanas que llegan a filmarse en un año (aproximadamente 200) fueron hechas a base de malos guiones. La primera vez implica muchas sensaciones: inseguridad, temor, atrevimiento mezclado con pudor, audacia, deseo de romper lo normalito, al mismo tiempo que una enorme necesidad de satisfacer el deseo de hacerlo, confusión, falta de reglas, la desestructura total y mucha intuición, para lograr el objetivo: la satisfacción plena. En este proceso es fascinante ver cómo los escritores se convierten en sus personajes y si alguna lectora tacha de machistas a los personajes, el autor sale luego, luego, ofendido: me dijiste machista. Por eso les cuesta trabajo entender que un personaje débil puede tener mucha fuerza (dramática). Hay muchas susceptibilidades de por medio y si alguien hace un reparo en torno a los caracteres de la historia. La respuesta inmediata es: no te gusta mi guión. Vicisitudes de un joven guionista. Hay quien dice: lo quiero hacer a mi manera, pero hay otros que toman muchas notas de lo que se les sugiere para hacerlo lo mejor posible. Como un juego entre dos. Porque el cine siempre es un juego entre mucho más que dos. Mi mayor enseñanza en esta experiencia ha sido que el programa de Jóvenes creadores es un gran regalo, porque se parte de la premisa del afecto para opinar favorable o desfavorablemente sobre algún proyecto. Se observa, se sugiere, se recomienda, no con el afán de criticar o empatizar, sino como parte del acto de amor al que entramos al aceptar el reto. La paradoja de los jóvenes creadores del 2º período 2013-2014 es que, estaban lejos de ser escritores, pero más cerca que otros para realizar sus propios guiones. ________________________ [1] ANTOLOGÍAS DE Letras, Dramaturguia, Guion cinematográfico y Lenguas indígenas, Jóvenes Creadores, Segundo período 2009/2010, Oaxaca.; Primer período, 2010-2011 Guanajuato. Segundo período, 2013-2014, Tlaxcala. FONCA-CONACULTA.
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May 2021
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