Por Orlando Merino y Jaime García Estrada A pesar de todo y precisamente por el sistema de producción “industrial” de la televisión, llega un momento en que a nivel del guión ni la empresa, ni el productor, ni el director ni nadie tiene todos los hilos en la mano. El equipo de escritores va creando la historia y haciendo hallazgos que muchas veces resultan sorpresivos y alucinantes hasta para los propios creadores de un serial. Esta es la razón fundamental por la que en la televisión estadounidense la mayoría de los generadores de contenidos se acaban convirtiendo en los productores de sus mismas series. Si logras sobrevivir a la pre-producción y primeras etapas de producción de tu serial, ten la seguridad de que recuperarás el control de la historia. A diferencia del cine, la industria del entretenimiento televisivo en nuestro país se mueve con enormes presupuestos. La inversión en los seriales puede generar ganancias millonarias. Lo más importante, y esto lo saben todos quienes trabajan en la tele, son las ideas. Los contenidos que surgen de la creatividad de los guionistas conforman el principal capital de la televisión convencional y, muy pronto también, conformarán el de otras plataformas de difusión y comercialización. El guión de televisión contiene características peculiares sobre todo en cuanto a estructura y tono. La frecuencia de transmisión, las interrupciones por los cortes comerciales y su carácter episódico obligan a recurrir a ciertas estrategias como la reiteración de información, el manejo constante de suspensos y la búsqueda continua por mantener la atención y fidelidad de la audiencia a través de efectos dramáticos y situaciones límite pero, sobre todo, a través de la sólida construcción de los personajes quienes, a fin de cuentas, son los vehículos que conectan emocionalmente con el público.
Aunque ya hemos mencionado la fragilidad de la sinopsis y el riesgo implícito de que haya tantas manos y opiniones en el proyecto, también puede uno correr con suerte y encontrarse con un buen ambiente de colaboración: directores, actores y productores así como personajes propios de la televisión como el editor literario y los lectores externos quienes pueden contribuir positivamente y ayudar a enriquecer el guión. Por más peripecias, subidas y bajadas que dé la historia, la brújula que mantiene clara la ruta a seguir en una serie de formato episódico de muchos capítulos, siempre será el carácter de los personajes principales, su verosimilitud dramática y la coherencia emocional. La comunicación entre los guionistas y su historia puede convertirse a lo largo del proceso de escritura en una relación amor-odio. Las tramas se tejen unas con otras y se generan situaciones y eventos que aunque en lo general están previstas, en el detalle se desarrollan con una mayor riqueza y profundidad. Elementos como el reparto, las circunstancias de producción, los eventos de la realidad y hasta la temporalidad en que se transmite la serie, acaban afectando su contenido de modo tal que no en pocas ocasiones los guionistas de televisión tienen cierta sensación de que la historia adquiere su dinámica particular y los personajes reaccionan por propia voluntad. Continuará…
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May 2021
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