Por La Abuela La gente piensa que las abuelas somos fuente inagotable de historias y quizá lo seamos. ¿Alguna vez se han detenido a pensar el por qué? Y no me vengan con la respuesta sabida de que es por que somos viejas. La experiencia nos vuelve expertas en muchos temas pero eso no nos convierte en merolicos ni cuentacuentos infinitos. Las vivencias son importantes y un componente muy importante en ellas son los amigos. Con ellos viví todo lo que alguna vez contaré, sea real o un poco maquillado por el paso del tiempo. Una abuela cómo yo sería incapaz de inventar tantas anécdotas tan diversas, no al menos sin una pequeña ayuda de mis amigos. Como Mario, todo un catrín y bailarín. Seductor como buen jarocho. Siempre me pretendió, argumentando que yo era más bella que María Félix. Bromista y leal, paseábamos en otra época, en alguna ciudad portuaria. Me sentía orgullosa de caminar a su lado, imponente con su traje de marinero y sus historias del mar. Siempre podré confiar en él y sus enseñanzas. Así como José, hombre fuerte y amable. Amigo de los ferrocarrileros que cruzaban en su tren la colonia Irrigación y otras, me invitaba a subir a la locomotora. Cruzar algunas cuadras de la colonia al mando de ese armatoste y hacer sonar el silbato y ver cómo todos atendían o se asustaban me causaba una emoción especial. Por Orlando Merino y Jaime García Estrada “Estructurar sinopsis mensuales, semanales y diarias; bocetear análisis psicológicos de los personajes; planear suspensos antes del corte comercial, suspensos inquietantes al final del capítulo, suspensos tremebundos de final de semana”. VICENTE LEÑERO (1933-2014) Los seriales televisivos son herederos de una larga tradición de relatos discontinuos que están pensados para ser “consumidos” popularmente; en segmentos sucesivos, en entregas separadas en el tiempo.
El folletín fue una de las variantes que surgió en el siglo XIX y que fue originalmente implementado por los editores de periódicos para incentivar a que el gran público consumiera sus publicaciones. Se imprimían en cintillos de ciertas páginas de la prensa o como un suplemento o cuadernillo que iba integrado al mismo periódico. La idea era vender historias truculentas que se quedaran en continuación, pero siempre en un momento de suspenso en la trama. El lector debía comprar el siguiente número del periódico para saber qué seguía en la historia de ficción, por lo cual ésta tenía forzosamente que atrapar la imaginación del público. Así, el folletín cumplió sin ser su objetivo con una doble función: popularizar el consumo de la prensa e impulsar la alfabetización entre la población menos favorecida económicamente. Por Erick Baena Crespo Sin salir de la puerta se conoce el mundo / Sin mirar por la ventana se ven los caminos del cielo. / Cuanto más lejos se sale, menos se aprende. / Por eso el sabio sabe sin desplazarse. / Entiende sin ver, realiza sin hacer. LAO TSE “Viajar para escribir”, reza el lugar común. Y es indiscutible que se han escrito páginas memorables de literatura de viaje, como el Viaja a la alcarria, de Camilo José Cela. Pero también hay otras páginas, igual de memorables, que se escriben desde el reverso: la literatura de NO viaje.
¿Qué imágenes, además de experiencias vitales, alimentan esas obras? En el invierno de 1794, Xavier de Maistre, después de batirse en duelo, es condenado a permanecer 42 días enclaustrado en su cuarto. De dicha experiencia surgió su libro Viaje alrededor de mi habitación. “El placer que uno siente viajando por su habitación está libre de la envidia inquieta de los hombres; es independiente de la fortuna. ¿Existe, en efecto, un ser lo bastante desgraciado, lo bastante abandonado para no poseer un cuartucho donde poder retirarse y esconderse de todo el mundo?”, se pregunta Maistre. Por Xésar Tena “¿Qué tipo de películas te gusta ver?” –le pregunta un chico a una chica en su primera cita. Después de mucho titubear ella se decanta por las películas románticas y él por las de zombies. Según el momento de vida que nos encontremos, son el tipo de películas que escogemos. Lo mismo con la música, libros, exposiciones, etc. El estado anímico es un timón predominante que nos conduce muchas veces a los puertos donde puede abastecerse de reforzadores. Si hoy creemos que nuestra vida es una tragedia, nos satisface encontrar obras con las cuales equiparar ese sentimiento de agonía y grandeza. Ayer lidiamos con una intriga y nuestro día era una vorágine de suspenso. Otras más, nos seduce definirla como drama aunque en realidad estemos viviendo una malograda y patética comedia. Por Rodrigo Hernández Antes de contestar la pregunta tenemos que preguntarnos, ¿hay cine de género en México? Si una película de género cumple con la expectativa de la audiencia no importa el país en que fue hecha. Babadook no es terror australiano; Big Bad Wolves no es thriller israelí y, The Raid no es acción indonesia. El Santo contra las momias no es Terror, es el Santo y su conjunto de adorables artefactos, situaciones, diálogos, monstruos y cajas con focos. Nadie lo pone para espantarse. De la misma manera en que no es terror, no se usa como película de terror. Porque los géneros tienen usos específicos para los espectadores: las chick flicks para ir con las amigas, las de terror para el ligue y las de acción para la boys night. ¿Hay cine de género en México? No conozco la respuesta. Lo que sí hay en abundancia son los géneros “a la mexicana”. Acción que en lugar de coreografías de unos buenos chingadazos y patadones presenta a unos gorditos (tipo Chuy Ochoa) gritándose palabrotas y medio corriendo con armas ridículas. Terror que en lugar de tener efectos verosímiles y guiones ingeniosos tiene chistes y mucha sangre color naranja con iluminación tipo telenovela. |
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May 2021
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