Por la Reina Roja Queridos súbditos y miembros de la corte: Bienvenidos, una vez más, a este espacio de reposo y descanso de la terrible cotidianidad a la que se enfrentan. Esta semana, mientras paseaba en mi carruaje por el Paseo del Emperador (para ustedes Paseo de la Reforma), recibí una misiva respecto a la irrupción en el escenario de las pláticas y cotilleos de una “Lady” bastante peculiar. Por Gustavo Ambrosio La reina roja Mis queridos plebeyos y súbditos, les saludo desde mi palacio imaginario. En una hermosa e intelectual tertulia (té de China incluido), mis amistades y yo tocamos un tema por demás espinoso que terminó con tazas rotas y uno que otro tarro de azúcar derribado. Y es que, súbditos queridos, el premio Nobel de Literatura 2016 ha causado que la más alta esfera defensora del refinamiento artístico y del canon literario (mmm… olor a libro de pasta dura) se sintiera profundamente ofendida por el galardón concedido a Bob Dylan. “Un premio populista”, aseguró con vehemencia uno de estos amables hombres de saco de “tweed” y voz segura de sí misma. |
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May 2021
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