Por Antonio Kurt Había una vez un(a) niño/mujer/príncipe/anciano/rana...tantas historias que comienzan y el lector o espectador ávido de saber qué pasará con los eventos de esa realidad seguirá las peripecias de los personajes hasta llegar al desenlace. El encadenamiento de eventos que nos hace interesarnos en una historia, sentir las emociones del personaje, vivir en otro mundo, nos pierde sin remedio en la ficción. Cuando un autor decide romper con la narración lineal, tendremos un grado mayor de involucramiento por parte del lector. El ejemplo más citado quizá sea Rayuela de Julio Cortázar, donde el autor nos propone diversas maneras de leer la misma obra. Dependerá de cada lector el acercamiento que se tenga a esta obra. En una novela como Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino, el lector se ve retratado en la propia novela. Utilizando de manera magistral la segunda persona, Calvino nos hace dudar si es nuestro propio libro el que está mal encuadernado o, incluso, si nuestra propia postura corporal al momento de leer es la errónea. Cuando una ficción no sólo nos absorbe sino nos hace participar: la experiencia cambia. La ilusión de la toma de partido dentro de la ficción se muestra igual de cercana al libre albedrio. A mediados de la década de los 80 del siglo pasado, un libro llegó a mí: El Castillo Prohibido de Edward Packard y Paul Granger*. Enmarcado en un globo amarillo, sobre la cubierta roja, se podía leer "Elige tu propia aventura". En las primeras páginas encontré una advertencia: ¡No leas todo el libro seguido, del principio al fin! (sic) En sus páginas hallarás muchas y variadas aventuras. A medida que lo vayas leyendo, te verás obligado a elegir. De tu decisión depende que la aventura constituya un éxito o un fracaso. Menuda responsabilidad para un niño lector. A pesar de esto, comencé la lectura y una cueva mágica me transportó a la Inglaterra medieval. Al final de cada pequeño capítulo, el libro te obliga a tomar una decisión. Cada opción hará continuar la historia de manera diferente. Al lado de cada alternativa, diversos números de página te indican en dónde continuará tu aventura. Al terminar mi primera lectura, regresé a mi tiempo original con una novia traída desde el medioevo: muy satisfactorio. Esta experiencia me hizo querer volver a comenzar e iniciar un nuevo lance, esta vez tomando otros caminos. Mis elecciones me llevaron a estar perdido en un bosque rodeado por una manada de lobos: final poco conveniente. La segunda parte de la advertencia al principio del libro anuncia: Recuerda que no puedes volverte atrás. Recapacita antes de decidirte por una opción. Tu elección puede conducirte al desastre o a un magnífico final. Esto parece más un consejo de un padre hacia su hijo que la de un libro de aventuras. Resultado: acabé siendo un laudero medieval. ¡Excelente! Las decisiones que tomé a partir de esa lectura me hacen escribir este artículo para la revista Plot Point. ¿Cuántas decisiones tendría que deshacer para estar en una curul en San Lázaro?, o ¿o vendiendo seguros?, o ¿me interesa regresar sobre mis pasos? Y tú lector, ¿qué decisiones has tomado para estar frente a este texto? Quizá lo hubieras dejado a la mitad y nunca hubieras leído este párrafo; tal vez quisiste leer porque te interesó el título; o probablemente no te ha gustado el texto, mas sigues leyendo para poder criticarlo en su conjunto. Sin embargo, aquí sigues y acaso te revuelves molesto en tu lugar por mi atrevimiento de hablarte directamente. O sólo sonríes. Vamos, decide y apaga la computadora, ¡no! mejor aún, lee otro texto de esta revista. De todas formas reiteraré la ilusión de tu libre albedrío. La realidad de hipervínculos del internet nos permite alcanzar cualquier cosa en un mundo virtual de opciones casi infinitas. Lo haré más fácil y rebajaré todo a dos opciones, a pie de página, como en aquellos maravillosos libros de los 80, de la editorial Timun Mas, Elige tu propia aventura. Para leer otro texto de Plot Point da click aquí: www.plotpoint.mx Para saber más de Elige tu propia aventura o de cualquier tema da click aquí: www.google.com _______________ * Packard Edward & Paul Granger. (1993). El castillo prohibido. Serie 10. Madrid: Timun Mas.
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