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Televisión: reseñas y análisis

Steven Moffat: El cansado showrunner

11/23/2015

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Por Daniela Moyes
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Imagen: Especial

​¿Un alienígena que puede viajar por el tiempo y el espacio a su voluntad? Más de 250 episodios desde los años 60 hasta la actualidad han comprobado que la premisa de Dr. Who es la más explotable de la televisión de ciencia ficción de la historia. Evidentemente, en una serie de tal magnitud existen historias, escritores y actores destacados; sin embargo, son pocas las veces en que estos elementos se conjuntan de tal manera que dan como resultado un episodio considerado como un “clásico instantáneo”. Éste ha sido el caso de varios capítulos escritos por Steven Moffat, actual productor ejecutivo y escritor líder de la serie. A pesar de lo triunfante que pudo haber sido su entrada como escritor invitado al mundo que recuperó Russell T. Davies (productor original y escritor líder) al inicio de la serie, ahora Moffat carga con un gran peso en los hombros mientras la mirada aguda de los fanáticos lo examina minuciosamente. Si bien el genio del escritor no es cuestionable, las preguntas que caben hacerse son si el actual productor ejecutivo podrá sostener la serie con su toque personal por mucho más tiempo o si terminará por cansar a los fanáticos con el mismo.

Después del éxito de la ahora conocida como “serie clásica” de Dr. Who, transmitida entre los 60's y 80's, el renacimiento de la serie en el 2005 representó no sólo la oportunidad de revivir a un personaje interesante y complejo como el Doctor, sino también de darle un giro totalmente nuevo. La serie clásica se caracterizaba por llevar al Doctor y a sus acompañantes a lugares inhóspitos, en donde se pudiera jugar con escenarios y ambientes extraños como aquellos que el auge de la literatura de ciencia ficción había puesto de moda, sobre todo, en los años 50. En realidad, la serie clásica no era sino un reflejo de todo ese imaginario heredado de grandes literatos de ciencia ficción, como Isaac Asimov, Ray Bradbury, Arthur C. Clarke, entre muchos otros. A fin de cuentas, lo entretenido de esta serie era poder ver en pantalla toda esta fantasía y los peculiares personajes que la habitaban. Los efectos especiales y su siempre característico humor lograron que la serie se asentara a mediados de los años 70 para finalmente terminar en una mala racha a finales de los 80's.

Entonces llegó el siglo XXI. La tecnología ya era algo común, y los mundos y seres extraterrestres ya no eran cosa tan extraña (o incluso imposible). Esto, inevitablemente, debía implicar un cambio de perspectiva en la serie, la cual, tenía campo de más para aprovechar y ampliar sus horizontes. Fue entonces cuando Russell T. Davies llegó para hacer lo suyo: creó un personaje entrañable y capítulos llenos de monstruos extravagantes, es decir, algo aceptable, entretenido, pero pecador de simpleza para una época que daba para mucho más. El Doctor de Davies es un alienígena con culpa por haber terminado con su propia especie y con un ansia insaciable por redimirse salvando al universo entero. Sin embargo, a pesar del excelente conflicto que esto pueda parecer, este Doctor se queda en el terreno de un buen personaje. Si bien los capítulos de Davies se caracterizaron por el gran personaje, el colorido de sus monstruos y las aventuras en los mundos más lejanos, los capítulos de Moffat como escritor invitado se caracterizaron por un excelente manejo de trucos temporales, una gran complejidad conceptual y un absoluto aprovechamiento del poder crítico de la ciencia ficción. Sin duda, estos elementos hicieron a Steven Moffat destacar en reconocimientos, festivales, nominaciones y premios. Por supuesto, Davies creó una mezcla perfecta entre la serie antigua y la contemporánea, pero le fue inevitable quedarse poco a poco atrás. 

Moffat sigue y seguirá siendo siempre uno de los mejores escritores que ha tenido la serie, pero, a pesar de haber dejado claro tanto con Sherlock como con Dr Who que es capaz de llevar una serie a un nivel de calidad que nunca hubiéramos imaginado, ya se le nota el agotamiento. 



​Fue en la quinta temporada cuando Davies terminó por cederle su lugar como productor ejecutivo y escritor líder de la serie a Moffat. Él tomó entonces la directiva y creó un Doctor mucho más oscuro, lleno de ingenio y que poco a poco había escondido su principal debilidad en un carácter festivo y enigmático. El undécimo Doctor protagonizado por Matt Smith, representó un cambio radical de estilo, lo cual molestó mucho a algunos fanáticos que preferían la simpleza bonita de Davies. Sin embargo, después de un tiempo, los televidentes se acostumbraron al nuevo Doctor y comenzaron a quererlo. Moffat tenía en sus hombros el peso del 50 aniversario de la serie y debía hacerlo bien, no había otra opción. “El día del Doctor” resultó ser una obra maestra de la ciencia ficción que combinó muy bien el enrevesado estilo de Moffat con todas las referencias al pasado que querían ver los fans. Con esto dejó ver, una vez más, que él era el indicado para continuar con la serie.

Ahora ya en la novena temporada de la serie, cabe preguntarse por qué si Moffat ha llevado tan bien la serie estas últimas temporadas, hay algunas dudas con respecto a cuánto más durará como líder de la misma. Como ya se ha dicho, los puntos a favor que ha tenido Moffat en episodios como “Silencio en la biblioteca” o “La chica en la chimenea” han sido, en primer lugar, su complejidad conceptual y en segundo, su manejo magistral de los tiempos. Sin embargo, estos elementos le daban un toque de frescura a la serie de Davies y ahora que son cosa cotidiana parecen estarse agotando. De pronto, el manejo de los tiempos es tan lioso que deja grandes huecos y líneas abiertas que nunca terminan por cerrar y, además, crea arcos dramáticos tan complejos y largos que son cansados de seguir. Si bien aún existen capítulos tan brillantes como “Listen” en la octava temporada, las razones ya mencionadas son suficientes para comenzar a dudar de la capacidad del escritor para sostener la serie por mucho más tiempo.

Moffat sigue y seguirá siendo siempre uno de los mejores escritores que ha tenido la serie, pero, a pesar de haber dejado claro tanto con Sherlock como con Dr Who que es capaz de llevar una serie a un nivel de calidad que nunca hubiéramos imaginado, ya se le nota el agotamiento. “En algún momento la atracción para hacer algo más será demasiado fuerte...”, dijo Moffat en una entrevista para BAFTA en mayo del 2015. Esto hace pensar que su ingenio y gran habilidad guionística pueden ser aprovechados para una infinidad de cosas más y que su periodo en Dr Who ha quedado satisfactoriamente cubierto dejando tras de sí capítulos que sin problema estarán siempre considerados entre los mejores de la historia. 
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Daniela Moyes (Ciudad de México, 1993)
Es estudiante de Guión cinematográfico en el Centro de Capacitación Cinematográfica y de la licenciatura en Letras Hispánicas en la UNAM. Ha colaborado en varias revistas electrónicas y se ha desempeñado también como consultora creativa en empresas de diseño y publicidad. Actualmente realiza guiones para ficciones 1 y 2 del CCC, así como varios guiones para concursos de cortometraje.

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