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Televisión: reseñas y análisis

No eres tú, ni soy yo... es la televisora

3/16/2015

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Por Carlos Tello de Meneses Vega
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Un programa de televisión es como una relación amorosa. El piloto es la primera cita, a veces es perfecta y un indicativo de una gran relación por venir (Breaking Bad, 2008), a veces menos ideal (Seinfeld, 1989), pero “con un algo” que te obliga a quedarte y terminas en un gran y apasionado amor. Y también existen los casos contrarios: grandes primeras citas que se convierten en relaciones tormentosas (Héroes, 2005). 

Hay series que son como las relaciones de confort: no son el gran amor de tu vida, pero te ofrecen risillas constantes (The Big Bang Theory, 2007), emociones pasajeras (Arrow, 2012), o incluso un disgusto malsano constante (Los Nuevos Simpsons, Las últimas temporadas de How I Met Your Mother). 

Finalmente, están las series de las que te enamoras, aquellas que se vuelven no sólo parte de tu vida, sino que se integran a tu ser y nunca las olvidas. Y son precisamente esas series, los grandes amores de tu vida, a las que duele verlas morir sin previo aviso. Sus muertes no anunciadas, trágicas y súbitas son el constante temor con el que viven muchos de los versados televidentes mundiales. Estoy hablando, por supuesto, de las Cancelaciones. 

Las cancelaciones pasan por muchas razones. Bajas audiencias, caras producciones o, incluso, el ego detrás de ellas. Una serie con éxito mediano puede sobrevivir a otra de mayor audiencia si esta última provoca más problemas de los que la cadena o productora estén dispuestas a lidiar. En los anales de la TV ha habido cancelaciones por razones tan bizarras como aquellas por las que otras llegaron a existir. 

No es sorpresa que la mayoría de las cancelaciones pasan sin pena ni gloria. Muchas series son canceladas cada año. Series que, como sus cancelaciones, son simples anotaciones dentro de las TV guías. Sin embargo, cada año hay una o más cancelaciones que le duelen a un televidente en el alma. Ya sean los críticos o los fans (o ambos) los que lloren por ellas, estas series, y sus cancelaciones, tienen un impacto profundo dentro del terreno de la TV. 

En ocasiones, los gritos y protestas de los fans logran revivirlas: como Jericho, que regresó a una segunda temporada gracias a una campaña masiva que organizaron sus fans a la televisora, o Community, una serie que ha vivido bajo el inminente peligro de la cancelación desde su primera temporada. Otras veces, encuentra vida después de sus muertes, como en el caso de Star Trek, cuya serie original fue cancelada sin más y sólo sus continuas repeticiones nocturnas generaron una nueva audiencia que provocó su regreso. 

Sin embargo, la mayoría de las veces, las protestas, correos y peticiones en línea de los fans se quedan en sólo eso. Recuerdo haber firmado alguna vez una petición (y también haber iniciado una) clamando por el regreso de la Obra Maestra de David Milch: Deadwood. Cancelada por una combinación de altos costos (,co-producción de HBO y Paramount) y una audiencia menos glamorosa que otras series de la cadena, Deadwood fue una de las mejores series hechas por HBO. Pero nada de esto bastó para salvarla, y hoy, a casi 8 años de su prematura muerte, todavía hay rumores de vez en cuando de su posible resurrección. Sin embargo, justo como en las relaciones amorosas, a veces hay que aceptar lo sucedido y seguir con nuestras vidas. Y justo como con ese gran amor que se fue y entonces pensamos que no volveríamos a amar, la vida nos demuestra lo equivocados que estábamos. Después de todo, tras la partida de Deadwood sólo tomaron dos años para que llegara Breaking Bad a nuestras vidas. Y en esta llamada Época de Oro de la Televisión, siempre hay un nuevo gran amor a la vuelta de la esquina. 

PD: En caso de que una serie que ames demasiado sea cancelada súbtiamente, he aquí las mal apropiadas etapas del duelo (que en realidad fueron descritas para la aceptación de una enfermedad terminal).

Negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. 

1) Negación: "No puedo creer que hayan cancelado _insertar serie que amas_"

2) Enojo: "¡Estúpidos ejecutivos! ¿Cómo se atreven?"

3) Negociación: "¿No quieren mejor cancelar _insertar serie que odies_?" / ¿"Tal vez _serie que no te convence demasiado_ sea un buen sustituto, verdad?

4) Depresión: "¿¡Qué voy a hacer ahora mis noches de martes!? 

5) Aceptación: "Por lo menos todavía tengo las primeras temporadas en blu-ray y mis fanfics".


Carlos Tello de Meneses Vega 
(Estado de México, 1989).
Es guionista, maestro y artista marcial. Fundador del Mamastrofismo. Crea universos fantásticos  y diseña batallas y peleas compulsivamente. Actualmente estudia el Curso de Guión Cinematográfico en el CCC.
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