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Televisión: reseñas y análisis

La tragedia generacional de Horace and Pete

5/24/2016

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Por Carlos Tello de Meneses
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Horace and Pete
es una de las series más experimentales que se han hecho en los últimos años. Pero, ¿qué es?La serie desafía cualquier etiqueta sencilla. No sólo la duración de los episodios varía considerablemente, su escritura está claramente inspirada tanto por el teatro de O’Neill y Miller como el de las teleseries teatrales de los 50’s como Playhouse 90. La influencia de la Nueva Ola francesa que Louis CK desarrolló desde Louie, sigue presente aquí (tanto así que cineastas como Stephen Cone lo han comparado al cine de Alan Resnais) pero se siente más evolucionada que en sus trabajos anteriores. Pero más allá de lo que pueda ser formalmente, Horace and Pete, es una tragedia. No sólo la tragedia de un hombre, sino la de una familia, una sociedad y un país.
 
Entonces, ¿qué es Horace and Pete?
 
“Horace and Pete’s” (el bar y principal escenario de la serie): es un hoyo. Es un lugar de miseria y abuso donde un puñado de ebrios se acompañan en su soledad y donde el peso del pasado atrapa a sus ocupantes y los pudre por dentro… poco a poco. Horace and Pete’s es un microcosmos que retrata y refleja con brutal honestidad la sociedad y cultura americana que definió el siglo XX. Una sociedad que construyó su legado e instituciones a costa del abuso y discriminación de millones de mujeres, inmigrantes, personas de color y demás minorías. 
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Pero el ojo de la serie está en otro lado. Aunque comenta sobre estos abusos a una escala social, la serie está mucho más interesada en la desolación familiar que los hombres detrás de estas instituciones dejan caer sobre sus esposas, hermanos e hijos. El trío de protagonistas está encabezado por Horace Wittel (Louis CK), el octavo con su nombre y octavo dueño del bar que pasó a ser suyo tras la muerte de su padre, Horace VII. Junto a su hermano Pete (Steve Buscemi) y su tío Pete (Alan Alda) administran y atienden el bar fundado por los Horace y Pete originales hace más de 100 años. No importa qué, el bar siempre ha sido encabezado por un Horace y un Pete.
 
El bar es un lugar estático y reacio al cambio. Generaciones de ebrios han venido y muerto en los taburetes de Horace and Pete’s para nunca irse por voluntad propia. Tal vez esa renuencia al cambio es uno de sus mayores atractivos para muchos de sus clientes. En una de las escenas más interesantes de la serie,  un hombre que fue a la cárcel por décadas por asesinar a su esposa, regresa al bar para tomar su primer trago como hombre libre. El lugar no ha cambiado y por esto el hombre rompe en llanto. “Horace and Pete’s” podría ser el mismo lugar pero él definitivamente ya no lo es. Su libertad, juventud y espíritu perdidos por sus errores y arremetes de la vida. De golpe, absorbe la magnitud de su pérdida.
 
Para Horace, Pete y Tío Pete esta falta de cambio es una fuente de orgullo. Para Sylvia (Edie Falco), hermana distanciada de Horace, esto es una fuente de vergüenza. A diferencia de su hermano, Sylvia puede ver al bar por lo que es. Está consciente del daño que el lugar le ha hecho a generaciones de su familia y que Horace se rehúsa a ver del todo. 
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“Horace and Pete’s (el bar y principal escenario de la serie) es un hoyo. Es un lugar de miseria y abuso donde un puñado de ebrios se acompañan en su soledad y donde el peso del pasado atrapa a sus ocupantes y los pudre por dentro, poco a poco. Horace and Pete’s es un microcosmos que retrata y refleja con brutal honestidad la sociedad y cultura americana que definió el siglo XX.”



​La tragedia central de la serie es la de estos tres personajes: Horace, Pete y Sylvia. Tragedias simultáneas pero íntimamente atadas entre ellas. El catalizador de éstas es bastante simple: Horace VII no dejó testamento y el bar ha pasado a manos de Horace y Sylvia. Ella quiere vender, él no. Esto desata un conflicto que lleva años fermentándose. Uno que no sólo es entre ellos, sino en buena medida con sus antepasados cuya sombra cae sobre los tres, pero con particular fuerza sobre Horace.
 
Durante el transcurso de la serie nos damos cuenta del por qué: Horace nunca ha existido fuera del bar. Horace sólo es parte del lugar, un taburete más. Alguien sin identidad cuyo error principal fue el decidir seguir sirviendo con su alma y esfuerzo a un lugar que no ha demostrado ser más que un monumento a la desdicha humana. Desdicha que vivió en carne propia a manos de su padre y el tío Pete, y de todos los Wittels y ebrios que rondan el lugar.
 
La tragedia de Horace alcanza sus dimensiones más grandes momentos antes del clímax de la historia. Tras una conversación con una posible empleada que derrocha alegría y efusividad (y también gracias a la canción America de Simon [1] and Garfunkel) Horace logra emerger de la gran depresión que la desaparición de Pete, quien sufre de una enfermedad mental, le había causado.  “Creo que sé lo que voy a hacer” le dice a su hermana. Horace por fin se ha decidido a salir del tóxico abismo que es “Horace and Pete’s”. Pero ahora es demasiado tarde.
 
*Alerta de spoilers sobre el final de la serie
 
Las últimas escenas de la serie son difíciles de olvidar. La crueldad con la que están construidas, amplifica su poder emocional. Mientras la canción continúa Pete regresa, pero ya no es él. Consumido y arrasado por su enfermedad, Pete llora al reconocer el único lugar que llama hogar. Probablemente lo único que reconoce en su estado. Sin embargo, lo que parece un pequeño rayo esperanzador pronto se convierte en devastador. Pete mata a Horace, y el terror y la miseria que definieron sus vidas cierran el círculo. No vemos la muerte de Horace, sólo oímos el grito desgarrador de Sylvia mientras ve a sus dos hermanos ser destruidos.  Cuando el hijo de Horace, Horace IX, le pregunta a Sylvia sobre quién era su padre; ésta no puede dar una respuesta concreta. Se da cuenta que Horace, a pesar de ser muchas cosas: un padre, un esposo, un hijo, un hermano, nunca fue “alguien”. 



“Horace nunca ha existido fuera del bar. Horace sólo es parte del lugar, un taburete más. Alguien sin identidad cuyo error principal fue el decidir seguir sirviendo con su alma y esfuerzo a un lugar que no ha demostrado ser más que un monumento a la desdicha humana. Desdicha que vivió en carne propia a manos de su padre y el tío Pete, y de todos los Wittels y ebrios que rondan el lugar.”



​Toda la existencia de Horace estuvo arraigada a ese lugar. Sylvia llora por su hermano y la vida llena de propósito que nunca tuvo, pero también llora por ella. No importa lo mucho que lo intente, por mucho que quiera pretender que no es así, ella también estará siempre arraigada a “Horace and Pete’s”. Ella, al igual que Pete, jamás pudieron ni podrán escapar la atracción gravitacional que tiene ese lugar sobre ellos. Sin embargo, ella gana conciencia sobre la naturaleza de este lugar y su relación con él y toma la oportunidad de huir. Aunque sabe que siempre será acosada por el recuerdo del lugar, ella ya no tiene que vivir su vida alrededor de él. Ha ganado su libertad, o por lo menos la libertad a la que se puede aspirar de su propio pasado y la que le ha costado la ruina de ambos hermanos. Sylvia está dispuesta a dejar que el lugar muera, como debe de ser. Su tragedia se sublima y puede trascender. Afligida por el duelo, pero viva y con un futuro.
 
No se puede decir lo mismo sobre Pete, cuya tragedia es la más devastadora de las tres. Aunque comete de cierta manera el mismo error que su hermano, las circunstancias bajo las que estaba eran mucho peores. Para él “Horace and Pete’s” ha sido el único hogar que ha conocido. El único otro lugar que puede clamar ese título es el hospital mental donde fue forzado a pasar gran parte de su vida. Pete reconoce mejor que Horace los defectos y peligros que significa el bar, pero al saber que su única otra opción es el hospital mental, hace la misma elección que su hermano.
 
La honestidad con la que que se construye las relación entre los tres es uno de los elementos más fuertes de la serie. Es evidente que se aman pero como O’Neill retrató en mucho de su obra: amarse no es suficiente. En Long Day’s Journey into Night, O’Neill construye el mundo de la familia Tyrone. Durante la obra nos queda claro que a pesar del profundo cariño que hay entre ellos, las realidades de las brechas generacionales, la frustración, los resentimientos y la universal incapacidad humana de verdaderamente poder entender a fondo a otra persona, condenan las relaciones de amor entre los miembros de la familia y magnifica las dimensiones trágicas del desenlace [2].  
 
Louis CK emplea estos mecanismos intrapersonales para el mismo efecto. Cuando Pete mata a Horace es un momento desolador para la audiencia porque sabemos que ellos dos se aman profundamente y que ambos han tratado y trabajado todas sus vidas no sólo para protegerse mutuamente sino para entenderse. El que no lo hayan logrado a pesar de ese amor sólo fortalece lo doloroso y poderoso que es el final.
 
“Horace and Pete’s” es la cristalización de una parte de la cultura americana que ha institucionalizado y protegido a pesar de las realidades de su legado. “Horace and Pete’s” no sólo es un bar, es también los miles de hogares gobernados por el abuso y la incapacidad, voluntaria o involuntaria, de comprender lo que somos, de dónde venimos y con quiénes estamos. Errores que no sólo comenten sus ocupantes, sino la sociedad que la engendró, la cultura que la institucionalizó y la gente que, a pesar de ser su más grande víctima, la protegió con uñas y dientes. Horace and Pete no es la tragedia de la incapacidad para romper un círculo vicioso, sino la de qué pasa cuando dejamos que ese círculo nos defina y escogemos ser parte de él.


_________________________________

1. Paul Simon también escribió el tema musical de la serie.

2. Aunque personalmente considero Long Day’s Journey into Night una pieza, el reconocimiento de este género dramático es exclusivo de la dramaturgia latinoamericana (el término fue acuñado por Usigli). Para los norteamericanos lo que conocemos como piezas son usualmente consideradas como dramas o tragedias modernas.
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Carlos Tello de Meneses (Estado de México, 1989)
Es guionista, maestro y artista marcial. Fundador del Mamastrofismo. Crea universos fantásticos  y diseña batallas y peleas compulsivamente. Actualmente escribe su tesis para graduarse del Curso de Guión Cinematográfico en el CCC.

@GurthrogSolrac
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