Por Gustavo Ambrosio Actualmente, Netflix puede presumir de tener las obras cumbres de las series animadas en su plataforma. Dos producciones con un afilado manejo y mezcla de géneros: Rick & Morty y BoJack Horseman.
Si bien la primera temporada del caballo, autodestructivo actor de una sitcom de los años 90, pareciera “otra serie animada gringa más de humor negro”, la verdad es que Raphael Bob-Waksberg ha logrado demostrar que la lógica del universo de “Hollywoo” es mucho más profunda y dolorosa, en donde la risa es un mero paliativo o hasta un reflejo exacto de lo absurdo de la vida. Por Arisbeth Márquez Hace dos meses se estrenó la nueva comedia dramática (¿o drama cómico?) de Netflix: GLOW. Parece ser que el dramedy ya es un género oficial. No sorprende que entonces que Netflix promocione a GLOW con el clásico “de los creadores de”, por la relación que la serie tiene con Jenji Kohan y la dramedy insignia de Netflix: Orange is the New Black (OITNB). Kohan, una de las productoras ejecutivas, asesoró a Liz Flahive y Carly Mensch, creadoras y showrunners de GLOW quienes no sólo fueron escritoras en Nurse Jackie y Homeland, sino también formaron parte del cuerpo de escritores de OITNB debajo de Kohan. Lo cual se nota. Flahive y Mensch aprendieron uno o dos trucos en aquel cuarto de escritores, pues lograron desde la primera secuencia decirnos de qué va toda la serie.
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